Cuide sus emociones y las de su familia
Cuando respeta los sentimientos de los demás, sin dejarse llevar por sus propias emociones, el vínculo entre usted y los demás se fortalece.
Sentirse satisfecho por comer platillos deliciosos; sentirse incómodo cuando trata con una persona desagradable en un pasillo estrecho; sentirse seguro al resolver un problema difícil; sentirse triste al romper con su ser querido; sentirse avergonzado cuando llega tarde a una cita; sentir miedo al caminar por una calle oscura de noche, etc. Las emociones están en todo lo que experimentamos en nuestra vida.
La emoción es un sentimiento causado por la situación en la que se encuentra o por las personas con las que está. Sin embargo, las emociones no solo terminan en la mente. No solo aparece la expresión correspondiente en el rostro, como reír o fruncir el ceño, sino que también el cuerpo reacciona con rigidez en el cuello y los hombros cuando está tenso, temblando cuando está enojado, y encogiéndose cuando tiene temor.
En efecto, han pasado más de cien años desde que los científicos estudiaron la relación cognitiva entre las emociones y el cerebro, pero no ha sido posible determinar claramente cómo trabajan las emociones. Las emociones están inseparablemente relacionadas con el cerebro, y solo se asume que el cuerpo amigdalino localizado en la profundidad del sistema límbico las controla y el lóbulo prefrontal las regula.
Nos encontramos con estas complejas y sutiles emociones que incluso provocan reacciones corporales infinidad de veces al día desde el momento en que abrimos los ojos por la mañana hasta que nos acostamos. Las emociones cambiantes a veces hacen que usted y los demás lo pasen mal, pero si no hay emociones, no habrá voluntad, ni recuerdos, ni emoción, y en última instancia no habrá placer en vivir. Gracias a las emociones, nuestra vida es más dinámica y enriquecedora.
Todos los sentimientos son necesarios
A menudo se dice que hay que “pensar racionalmente” para tomar una decisión o hacer una elección importante. No obstante, si las emociones se excluyen por completo, es imposible tomar decisiones adecuadas. El neurocientífico estadounidense António Damásio estudió a un hombre con daño en la corteza prefrontal, asociada con la emoción. Como resultado, la inteligencia y el razonamiento lógico del hombre permanecieron invariables, pero le resultaba difícil elegir qué color de bolígrafo utilizar, dónde almorzar y qué calcetines usar. Esto demuestra que no solo la razón, sino también las emociones como “me gusta” y “no me gusta” trabajan juntas en la elección de cosas y la decisión de prioridades.
Las emociones positivas como la alegría, el placer, la gratitud, la satisfacción, la comodidad y el orgullo enriquecen nuestra vida y aumentan la eficiencia laboral dando vitalidad y creatividad. Estas emociones le permiten ver los puntos positivos de las personas, objetos y situaciones, y superar rápidamente las circunstancias difíciles, motivándolo a progresar activamente hacia la meta.
Las emociones negativas también tienen beneficios. ¿Qué pasa si, por ejemplo, un automóvil corre hacia usted y no siente temor? Simplemente observará. Debido a que se siente ansioso y temeroso, puede evitar el peligro y afrontarlo, encontrando la causa de la emoción. Además, si atraviesa algo injusto o es lastimado por otros, se siente enfadado, un sentimiento natural y normal que se deriva de su voluntad de protegerse, dándose la oportunidad de tomar conciencia de lo que está mal y corregirlo. La culpa le hace reflexionar sobre sus acciones y le impide cometer los mismos errores, y la tristeza le permite sentir empatía por los demás y tener un fuerte vínculo con ellos.
De esta manera, cada emoción juega su propio papel. Diferentes emociones en diferentes situaciones son señales que nos envía el cerebro, y sirven como hitos que nos llevan a actuar. Un día soleado es bueno, pero tanto los días lluviosos como los ventosos son necesarios. Asimismo, diversas emociones son fundamentales en nuestra vida.
La capacidad de controlar las emociones
“Él está de mal humor”, o “ella es muy emotiva”.
Nadie consideraría estas palabras como elogios. Como se mencionó anteriormente, las emociones ocurren independientemente de su voluntad. Sin embargo, cuando reacciona según sus emociones, es fácil tomar decisiones irracionales y es posible que se aleje de quienes lo rodean. Hay una diferencia entre la emoción que siente y su reacción ante ella. Es difícil elegir una emoción, pero puede escoger sus reacciones a las emociones aprendiendo y practicando.
Por lo general, si las emociones negativas se expresan como son, provocan efectos secundarios. El manejo maduro de las emociones negativas requiere la capacidad de controlar las emociones. Controlar las emociones no significa simplemente soportarlas y reprimirlas, sino filtrarlas y resolverlas sin agresión.
Para hacerlo, primero debe ser consciente de las emociones que siente y de lo que piensa. Es como saber el nombre de la enfermedad para curarla. Después de saber cómo se siente, como: “Oh, estoy preocupado y frustrado ahora”, o: “Estoy muy molesto por esto”, debe expresar sus sentimientos de manera modesta o encontrar una solución, considerando por qué se siente así y cómo le afecta esto a usted y a los demás. Si las emociones están bien controladas, es posible tomar decisiones racionales teniendo en cuenta tanto la razón como la emoción.
Una emoción no surge por acontecimientos externos u otras personas, sino que está relacionada con el deseo dentro de usted. Aunque otras personas lo causen, la emoción que surge dentro de usted es suya y el sujeto que expresa la emoción también es usted. El proceso de “situación-pensamiento-sentimiento-acción” ocurre tan rápido que la mayoría de las veces no se puede notar. Sin embargo, si es consciente de ello y recapacita para ver si sus pensamientos sobre una situación son exagerados o excesivos y si cambia sus pensamientos, esto le ayudará a controlar sus emociones.
Respete los sentimientos de los demás
Todos desean que sus sentimientos sean reconocidos. Experimentan una sensación de estabilidad y simpatía por parte de aquellos que escuchan y se identifican con sus historias. Por lo tanto, si anhela mantener una buena relación con su familia, amigos y compañeros de trabajo, debe ser una persona feliz cuando estén felices y triste cuando estén tristes. En otras palabras, necesita la capacidad de comprender y aceptar las emociones de la otra persona.
Sin ser consciente de los sentimientos de la otra persona, a menudo puede dar consejos precipitadamente o cambiar de tema, lo cual les hace sentirse frustrados y enojados; por ejemplo, cuando su cónyuge se siente mal por algo, y usted pregunta: “¿Por qué te ofendes por pequeñeces?”; o cuando su hijo habla de su difícil vida escolar, y usted afirma: “No eres el único que tiene dificultades”.
Incluso las emociones negativas deben reconocerse primero. Si su cónyuge está molesto, primero debe sentir empatía y decirle: “Es posible que te hayas sentido incómodo en esa situación”. Entonces podrá hablar con buen ánimo. Y si se identifica con su hijo que está atravesando una vida escolar difícil y le dice: “Oh, lo estás pasando mal”, puede aliviar la carga de su emoción.
Aunque pueda distinguir claramente el bien y el mal, discernir entre lo bueno y lo malo es inútil cuando la otra persona es muy emotiva. Si intenta corregir solo los comportamientos incorrectos sin sentir empatía, su resentimiento se incrementará. Aunque dé un consejo porque realmente quiere ayudar, será como echar más leña al fuego. Lo siguiente es analizar la situación y dar información útil. Cuando alguien expresa una emoción negativa, si reprime e ignora su emoción, esa emoción negativa durará; pero si reconoce y acepta su emoción, la emoción negativa desaparecerá rápido y serán capaces de pensar racionalmente.
Para comprender y sentir empatía por los sentimientos de la otra persona, debe escuchar lo que dice y observar cuidadosamente sus reacciones físicas. Es mejor no preguntar por qué, a menos que en realidad no pueda imaginar sus sentimientos. Es porque pueden sentirse agobiados al explicar la razón y percibir que les está reprochando por tener ese sentimiento. Incluso cuando se disculpa, es más efectivo comprender completamente los sentimientos desagradables que pueden haber experimentado y sentir empatía por ellos en lugar de simplemente decir que lo siente.
Todos son influenciados por las emociones de los demás, lo quieran o no. Así como se empieza a bostezar al ver a la persona a su lado bostezando, las emociones se transfieren fácilmente debido a la capacidad de empatía humana. Entre los miembros de su familia que están cerca de usted, el impacto de la emoción es más fuerte que con cualquier otro. Cuando su familia sonríe alegremente o tararea, ¿no se siente mejor con ellos?
Se siente feliz cuando comparte emociones positivas, pero no cuando comparte emociones negativas. Algunas personas creen que es bueno para la salud dar rienda suelta a sus sentimientos negativos sin guardárselos. Muchas personas expresan en casa los malos sentimientos que tenían en la escuela o en el trabajo. En tal caso, debe ser consciente de que su familia, que no tiene nada que ver con esos sentimientos, paga el precio. A veces necesita liberar esas emociones, pero si lo hace habitualmente, lastima a los que lo rodean.
Una familia feliz respeta los sentimientos de los demás y comparte adecuadamente sentimientos positivos. “Estoy feliz de estar contigo”, “Papá y mamá, gracias por ser mis padres”, o “Estoy feliz de tenerte, nada en el mundo puede reemplazarte”. Si transmite estas palabras con una sonrisa a su familia, aunque parezcan simples, su efecto es enorme.