81.ᵉʳ Grupo de Visita del Extranjero

Llevando el cálido amor de Dios en el frío invierno

Corea del Sur

diciembre 23, 2024 2,267 visualizaciones

“Estoy muy feliz porque mi sueño de ver la nieve se ha hecho realidad”. Jacira Hilario Chicoloa, de Maputo, Mozambique

“Nunca antes había experimentado el frío, pero el afecto de los hermanos aquí ha hecho que este momento sea muy alegre”. May Ann Talledo Calitas, de Dávao, Filipinas

A medida que el año 2024 llegaba a su fin con frecuentes nevadas, el 81.ᵉʳ Grupo de Visita del Extranjero llegó a Corea. El 12 de diciembre, diez días antes del evento conmemorativo del 107.º aniversario del nacimiento de Cristo Ahnsahnghong, más de 130 miembros de 13 países, como Perú, México, India, Filipinas, Nueva Zelanda, Rep. de Sudáfrica, Reino Unido, Alemania, Francia y Rusia, comenzaron a llegar. Durante su estancia de dos semanas, el grupo participó activamente en los preparativos para las actuaciones conmemorativas y en diversas actividades. A pesar del frío invernal, pasaron un invierno cálido y reconfortante, envueltos en el amor de la Madre y en la fraternidad con los hermanos.

Un tiempo de peregrinación reflexionando sobre el amor de Dios

La Madre recibió cálidamente a cada uno de los visitantes, tomándolos de la mano con cariño y preocupándose por su salud. Y, por otro lado, con compasión, les recordó el amor del Padre, explicándoles cómo soportó los inviernos inclementes en esta tierra y se sacrificó por sus hijos. La Madre animó a los miembros a comprender profundamente el amor de Dios durante su visita y a compartir ese amor con la humanidad, que vive en una época de conflictos y división, diciendo: “Tengamos compasión por las almas que enfrentan crisis en sus vidas y sembremos en ellas la esperanza de la salvación para que no vaguen sin rumbo en este mundo incierto”.

El Primer Pastor Kim Joo-cheol predicó en el culto sobre la actitud que los miembros deben tener con respecto al evangelio. Expresó: “La Iglesia de Dios es la única iglesia que Jesús estableció con su preciosa sangre y la iglesia de la verdad que la humanidad busca. Como aquellos que hemos recibido primero el mensaje de salvación, tengamos orgullo y dignidad, y prediquemos el evangelio del reino con amor”. Con estas palabras, animó a todos a convertirse en profetas aún más grandes.

Desde el principio hasta el final, el itinerario del grupo fue un tiempo de peregrinación lleno de bendiciones. Los miembros profundizaron en el corazón de Dios a través de la Exhibición “El Sincero Corazón del Padre” y la Exhibición Literaria y Fotográfica “Nuestra Madre”, que reflejan el amor de los Padres celestiales. También fortalecieron su convicción en la promesa de salvación del nuevo pacto al visitar el Museo de Historia de la Iglesia de Dios y la Exhibición Puntos de Vista de los Medios sobre la Iglesia de Dios, que muestra la perspectiva de la prensa sobre la Iglesia.

El grupo también visitó iglesias en Seúl e Incheon, recorriendo los pasos del Padre y la Madre. Además, asistieron al culto de inauguración de las iglesias de Cheongju, donde fueron testigos del crecimiento del evangelio en Corea, logrado gracias al sacrificio de Cristo. En la iglesia de Seogu, Daejeon, compartieron el amor de la familia celestial con los miembros coreanos, trascendiendo las barreras del idioma y la cultura.

Asimismo, crearon recuerdos especiales visitando el Instituto de Formación Elohim, el Museo Folclórico de Lotte World, el Observatorio Seoul Sky y un acuario. El hermano Johannes Michael Oppitz, de Berlín, Alemania, expresó: “Pasar tiempo con nuestros hermanos de Sion de diversos países me hizo darme cuenta de que somos verdaderamente una sola familia y que podemos estar unidos a pesar de nuestras diferencias. Con este entendimiento, creceré en mi fe y daré alegría a Dios Padre y Dios Madre”.

Llenando el mundo de amor y esperanza

A mitad de su estancia, el grupo se concentró en los preparativos para la actuación conmemorativa del nacimiento de Cristo Ahnsahnghong, que se llevaría a cabo los días 22 y 23 de diciembre en el Instituto de Formación Go&Come de Okcheon. Durante este tiempo, los miembros practicaron diligentemente en sus respectivos equipos, al mismo tiempo que se cuidaban unos a otros para evitar resfriarse y se alentaban para aliviar la tensión. El día del evento, demostraron sus habilidades en canto, danza y música, dedicando su esfuerzo con devoción para dar gloria y alegría a Dios.

Después del evento, la Madre se alegró por la unión de los miembros y les dio abundantes bendiciones. Les dio palabras de ánimo: “El amor es lo más esencial para las personas que viven en un mundo donde falta amor. Así que compartamos el amor que hemos recibido de Dios hasta los confines de la tierra”. Tras dos días de celebraciones, el grupo concluyó su inolvidable viaje cantando y bailando al ritmo de canciones representativas de países como México y Nueva Zelanda.

A pesar de las intensas nevadas y las temperaturas bajo cero, los corazones de los miembros permanecieron cálidos. Esto fue gracias a la atenta consideración y dedicación de la Madre, quien se aseguró de que nadie sufriera por el frío. Para quienes vienen de regiones o países donde la nieve es rara o inexistente, experimentar por primera vez la hermosa escena invernal de Corea fue motivo de gratitud a Dios.

Incluso el frío extremo de Corea ofreció reflexiones y lecciones significativas a quienes lo vivieron por primera vez. La hermana Sarah Barber, de Mánchester, Reino Unido, compartió: “Me conmovió profundamente ver cómo la Madre se aseguraba de que todos estuvieran bien abrigados y cómo los miembros nos dieron una cálida bienvenida afuera de la iglesia, a pesar del clima frío. Cuando regrese al Reino Unido, quiero predicar el evangelio con ese mismo amor”. El diácono Jill Jacobs, de Ciudad del Cabo, Sudáfrica, comentó: “Aunque había visto nieve antes, nunca había sentido un frío así. Pensé en cómo el Padre debió soportar este tipo de invierno mientras trabajaba como cantero. Comprender este amor de Dios me hace creer que no hay conflicto que no pueda resolverse. Me esforzaré por ayudar a otros a recibir a Dios y comprender su amor, para que puedan alcanzar la verdadera paz y felicidad”.

Tras una visita significativa, los miembros, ahora con corazones renovados para el nuevo año, emprendieron su viaje para difundir esperanza en todo el mundo, llevando consigo el amor y la fortaleza recibidos de la Madre.