
El bobsleigh es un deporte olímpico de invierno en el que dos o cuatro compañeros de equipo conducen, van rápido por caminos congelados, serpentean y se inclinan por pistas de hielo en un trineo impulsado por gravedad. Antes, era un deporte para la clase acomodada porque costaba mucho dinero hacer un solo trineo. En resumen, es un deporte que requiere un clima frío y fondos suficientes.
Pero en los Juegos Olímpicos de Invierno de Calgary de 1988, hubo una sorpresa en el estadio de bobsleigh. Se presentaron atletas jamaiquinos. Jamaica es una pequeña isla en el norte del mar Caribe, donde hace mucho calor todo el año debido al clima marino tropical. Como se lanzaron al ruedo atletas de un país sin nieve, o de una tierra baldía de bobsleigh, esto se convirtió en un tema de conversación.
Los atletas jamaiquinos, que habían entrenado en ambientes hostiles, tuvieron que caminar hasta la línea final pues su trineo cayó de costado perdiendo el equilibrio durante la carrera. Aunque el equipo jamaiquino terminó último en su primera participación, en los Juegos Olímpicos de Invierno de 1994 celebrados en Lillehammer, Noruega, obtuvieron el puesto 14 y sorprendieron al mundo.
No pudieron ganar la medalla de oro pero su esfuerzo, pasión y desafío los hicieron suficientemente hermosos y brillantes.