Cuando adquiere un nuevo conocimiento, hay una manera de ver si lo comprende completamente o no. Se trata de explicarlo a los demás. Aunque sepa algo, si no lo declara, es difícil decir que lo ha aprendido por completo.
Por esa razón, el aprendizaje havruta de los judíos atrae mucho la atención; este método produjo muchas mentes brillantes. La atmósfera de una biblioteca judía es muy diferente de otras bibliotecas donde las personas tienen cuidado de no hacer ruido incluso al voltear las páginas. En el aprendizaje havruta, las personas estudian y aprenden de corazón, y se sientan frente a frente para discutir o persuadirse unos a otros. A través de este proceso, organizan sus ideas y conocimiento. A veces toman nota de lo que parece importante y hablan entusiasmadamente con gestos y expresiones faciales. El conocimiento adquirido de esta manera se vuelve completamente suyo, y difícilmente es olvidado. Además, obtienen nueva información y sabiduría de los demás durante sus conversaciones.
El método de aprendizaje judío de ver con los ojos, escribir con las manos y hablar con la boca está lejos de una atmósfera tranquila, pero el efecto es el mejor.