Los frutos que florecieron con las palabras del agua de la vida de la Madre

Mun So-yeong, desde Ciudad de Guatemala, Guatemala

6,359 visualizaciones

En 2018, en la República Checa, muchas personas vinieron a Sion a través de los equipos misioneros de corto plazo, escuchando la voz del Padre y la Madre celestiales. Entre ellos, me gustaría presentar la historia de un hermano.

Andel era el lugar que siempre se me venía a la mente cuando elegía un campo de predicación. Andel es una palabra checa que significa “ángel”. Probablemente por el nombre, siempre se sentía como si nuestros hermanos estuvieran allí. Nuestra expectativa de encontrar allí a nuestra familia celestial se incrementó gradualmente, especialmente después de escuchar la palabra de la Madre de que hay hermanos y hermanas como joyas en Europa.

Un día muy frío, finalmente tuvimos la oportunidad de ir a Andel a predicar. En cuanto llegamos allí, encontramos a un joven y le predicamos acerca de Dios Madre. Él nos escuchó durante mucho tiempo, pero casi no cambiaba de expresión facial, y no hacía preguntas. Incluso cuando le dijimos que queríamos que se convirtiera en hijo del Padre y la Madre celestiales, no hizo ningún comentario.

Lo invitamos a la exhibición de la iglesia sobre las madres por si acaso. Entonces él dijo que tenía tiempo para asistir enseguida. Ante una respuesta tan inesperada, pensamos que podría ser nuestro hermano que estábamos buscando. Tratando de mantener la calma mientras íbamos a Sion juntos, oré fervientemente para que él se convirtiera en miembro de la familia celestial.

Cuando llegó a Sion, leyó minuciosamente las piezas de la exhibición una por una. Cuando se detuvo frente a un escrito que describía el sacrificio y amor de una madre al dar a luz a su hijo, no pudo salir de ese lugar por un buen rato.

“Fue el mejor.”

Una amplia sonrisa apareció en el rostro del joven taciturno. Después de escuchar dónde se originó el amor de las madres en esta tierra, su corazón se derritió y se convirtió en miembro de la familia celestial en ese mismo instante. El hermano Denis, que ni siquiera conocía el nombre de Jesús, ahora está estudiando regularmente la Biblia y recibiendo bendiciones del culto. La llave llamada “Madre” debe de haber abierto la puerta de su corazón. El hermano dice que ha estado orando a Dios todas las noches desde que recibió la verdad. Nuestros corazones se calientan al ver que el hermano se acerca a Dios y confía en Él primero, aunque nadie se lo ha enseñado. Pienso que esta es la forma de convertirse en un pequeño hijo que agrada a Dios.

La palabra del agua de la vida de la Madre celestial de que hay miembros de la familia celestial como joyas, floreció y dio fruto. Seguiré a Dios Madre por dondequiera que vaya y obedeceré lo que Ella nos diga hasta que encontremos a todos nuestros preciosos hermanos como joyas escondidas en toda Europa.