El secreto para volar más de 10 000 km

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La aguja colipinta se reproduce en Alaska, y cuando empieza a hacer frío, migra a Australia o Nueva Zelanda, que se encuentra en el hemisferio sur, para pasar un invierno benigno. Para volar desde Alaska hasta su destino, debe cruzar el océano Pacífico; sorprendentemente, la aguja colipinta vuela sin escalas esa larga distancia.

Los ornitólogos del Servicio Geológico de Estados Unidos se preguntaban si esta ave descansaba en alguna isla del océano Pacífico, así que pusieron un dispositivo de localización por satélite en algunas agujas colipintas para averiguar su ruta de vuelo. Como resultado, notaron que una de las aves de la bandada salió de Alaska en la tarde del 30 de agosto de 2007, y llegó a la desembocadura del río Piako, Nueva Zelanda, en la noche del 7 de septiembre de 2007. No se detuvo en absoluto, volando alrededor de 11 700 kilómetros durante ocho días completos. ¿Cómo es eso posible?

Antes de su migración, la aguja colipinta se concentra en alimentarse para almacenar la mayor cantidad de grasa posible. La grasa es como el combustible para un avión, y las aves deben engordar lo suficiente como para volar largas distancias. Debido a la grasa, su peso aumenta de dos a tres veces, pero el hígado, los riñones y otros órganos que no están muy involucrados en el vuelo, se reducen de tamaño.

La aguja colipinta se prepara para su vuelo minuciosamente, incluso cambiando su estructura corporal. Este es el poder que le permite volar unos 10 000 kilómetros.