Las plantas producen flores hermosas y fragantes para preservar su especie. Florecer, producir fruto y esparcir semillas son su instinto. Sin embargo, hay momentos en que las plantas son más fieles a sus instintos que nunca.
El bambú rara vez florece porque se reproduce principalmente extendiendo rizomas subterráneos, no semillas. Pero cuando se encuentra en una situación extrema en la que no puede extender sus raíces, florece. Para dejar sus semillas, florece por última vez antes de morir. Los abetos también producen flores inusualmente coloridas y abundantes cuando se encuentran en un mal ambiente. Las orquídeas orientales también echan tallos de flores cuando su supervivencia se ve amenazada.
El esfuerzo desesperado de las plantas por preservar su especie floreciendo en situaciones de peligro, se llama Angstblüte en términos biológicos. Es una palabra alemana compuesta por Angst (que significa miedo y ansiedad) y blüte (que significa florecimiento, plenitud, período de plena prosperidad). Se traduce como “flores que brotan en la ansiedad”.
A veces, enfrentamos pruebas severas en las que parece no haber salida. Sin embargo, nunca debemos dar marcha atrás. Ese puede ser el mejor momento para florecer. Angstblüte!