
Muchas empresas inducen a competir ofreciendo incentivos, aumentos de sueldo y promoción, con el fin de mejorar el desempeño laboral. También en la escuela, hacen competir a los estudiantes calificándolos y clasificándolos en un esfuerzo por mejorar el aprendizaje. Sin embargo, ¿la competición realmente ayuda a trabajar o estudiar mejor?
El profesor Stephen García de la Universidad de Michigan, EE. UU., y el profesor Avishalom Tor de la Universidad de Haifa, Israel, investigaron el número de personas que rindieron el examen estandarizado SAT y la puntuación promedio para conocer la correlación entre competición y resultado. En consecuencia, a medida que aumenta el número de competidores, es probable que las puntuaciones disminuyan. Algunos otros experimentos también mostraron que el aumento de la competición hace que el resultado disminuya.
Cierto nivel de competición ayuda a motivar y aumentar la productividad. No obstante, se pueden producir mejores resultados mediante el trabajo en equipo en lugar de la competición. El trabajo en equipo no solo trae un buen resultado, sino que también nos ayuda a aprender lo que es necesario para vivir juntos, como la capacidad de resolver problemas, la paciencia y la consideración, mientras intercambiamos opiniones y nos ayudamos unos a otros.
Si consideramos a las personas en el trabajo o en la escuela, o a los que nos rodean, como colegas con quienes podemos trabajar, y no como competidores, sentiremos mucha más alegría.