Una gran comida

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El físico Albert Einstein era muy pobre cuando era joven. Ya que no podía dedicarse únicamente a estudiar, trabajaba durante el día y enseñaba a estudiantes después del trabajo; a menudo solo comía un bocado de pan y agua. Un día, unos amigos lo visitaron mientras estaba comiendo. Sus amigos se sorprendieron al ver su pobre comida.

—No sabía que fueras tan pobre.

—Yo tampoco. No puedo creer que todo lo que tengas sea un bocado de pan y agua.

Entonces Einstein respondió relajado:

—¿No es una comida estupenda? Estoy comiendo harina, levadura en polvo, sal, azúcar, huevos y agua. ¿Qué más necesito? Además, me visitan grandes personas como ustedes, así que esta es la mejor comida.

El ingenio y la confianza de Einstein hicieron reír a todos.

Cuando nos sentimos agradecidos por las cosas pequeñas, podemos encontrar aún más cosas por las que estar agradecidos. Si las dividimos en detalles, podemos estar agradecidos por muchas razones, incluso por una sola cosa. Aquellos que son generosos al dar gracias son personas que están disfrutando de una vida verdaderamente abundante.