Una disculpa trae paz a casa

Disculparse no es someterse a otras personas o perder una lucha. Es una virtud con un poder asombroso.

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Todos cometemos errores grandes y pequeños. A veces pisamos el pie de otra persona en un autobús abarrotado, derramamos agua sobre alguien y mojamos su ropa, a veces lastimamos los sentimientos de alguien con demasiadas bromas o hacemos enojar a alguien con acciones carentes de consideración. No solo los niños inmaduros, sino también los ancianos que tienen abundantes experiencias de vida experimentan constantemente pruebas y errores dado que no son perfectos.

Cuando cometemos un error, lo importante es la actitud para enfrentar la situación en la dirección positiva. Es natural que se produzca una compensación si ha herido a alguien con palabras y acciones descuidadas. La mejor compensación que puede hacer en una situación en la que ha herido a alguien es una disculpa.

Barack Obama, el expresidente de los Estados Unidos, dijo: “En la era de la responsabilidad, no cometer errores no es una virtud, sino admitirlo y te­ner cuidado de no volver a cometerlos”. Konosuke Matsushita, un empresario industrial representativo de Japón, dijo: “No hay nada en este mundo que pueda olvidarse sin una disculpa. Y no hay nadie que se sienta bien sin recibir una disculpa”.

En este mundo, las personas imperfectas viven juntas. Un gran crimen cometido intencionalmente debe ser castigado por la ley, pero aún podemos vivir en el mundo, comprendiéndonos y perdonándonos mutuamente por numerosos errores cometidos fuera de la cerca llamada ley, gracias a la virtud llamada disculpa.

El poder de decir “lo siento”

Esto sucedió en el Centro Médico de la Universidad de Illinois en 2006. Un médico con 40 años de experiencia tomó accidentalmente una biopsia de la octava costilla de un paciente cuando debió haberla tomado de la novena costilla. Si el paciente lo descubría, el hospital se vería sumido en una confusión total y su reputación como médico se derrumbaría. Sin embargo, el médico no ocultó su error ni dio una excusa. En cambio, fue al paciente y le dijo la verdad y se disculpó sinceramente. El paciente pudo haber recibido una gran compensación si hubiera demandado al médico, pero en cambio, solo hizo una negociación razonable.

Cuando un paciente sufre un daño por el error de un médico, por lo general eso conduce a una batalla judicial. Sin embargo, si el médico dice la verdad y ofrece una disculpa sincera en lugar de enfrentarse a la ley, la mayoría de las víctimas lo aceptan y no presentan una demanda.

Una disculpa también trae paz a casa. Cuando llega tarde a casa y su cónyuge le pregunta: “¿Por qué llegas tan tarde?”, si responde: “¿Crees que llegué tarde porque quería llegar tarde?”, entonces se convertirá en una discusión, pero si dice: “Lo siento por llegar tarde a casa. Esperaste mucho, ¿verdad?”, entonces escuchará una respuesta suave como: “Estaba preocupada por ti porque no llegabas”, en lugar de una discusión.

El poder de una simple disculpa es inesperadamente grande. Por más fría que sea una persona, el corazón de cualquiera se suaviza cuando recibe una disculpa sincera. Cuando un extraño pisa nuestro pie y lo lastima, pero se disculpa por ello, podemos decir que estamos bien; y uno puede calmarse cuando alguien lo interrumpe mientras conduce, si ese conductor le envía un mensaje de disculpa con las luces de emergencia. Incluso en una situación tensa en la que nadie da un paso atrás, e incluso cuando las emociones acumuladas se vuelven tan duras como las piedras, la atmósfera se puede revertir si alguien se disculpa primero.

¿Disculparse primero es perder?

Admitir la propia culpa y pedir perdón no es tan fácil como parece. La gente instintivamente tiende a ser mezquina con los errores de otras personas, pero es generosa con sus propios errores y trata de minimizar cualquier situación que sea desfavorable para ellos.

En términos psicológicos, la función psicológica inconsciente para protegerse de la culpa o la ansiedad se denomina “mecanismo de defensa”. Esto explica por qué las personas a veces culpan a otros y ponen excusas en lugar de reconocer sus errores, aunque los cometieron. También vacilan o evitan disculparse, preocupándose de que admitir sus errores los haría sentir como perdedores y perder su autoestima y quedar mal. Cuanto más grande sea su posición, cuanto más adultos sean, y cuanto más autoritarios sean, más fácil les resultará tener esta idea.

Sin embargo, en situaciones en las que se necesita una disculpa adecuada, si ponen una excusa cada vez o intentan evitar la situación con autorracionalización pensando: “Todo el mundo comete errores” o “Estoy seguro de que van a entenderlo”, entonces sin duda agrietará su relación con otras personas. A veces, una situación empeora o una relación se rompe y se vuelve irreversible, aunque podría haberse resuelto si solo uno hubiera dicho: “Lo siento”.

Esto se debe en parte a la falta de comprensión de una disculpa. Jamás es vergonzoso darse cuenta de sus propios errores y reflexionar sobre ellos. No es un acto de someterse a la otra persona ni perder. Simplemente lo hacemos porque es lo correcto. Disculparse es una acción dinámica que alguien con orgullo hace y una elección de una persona valiente; es una oportunidad para darse cuenta de la deficiencia propia.

“Cuando un ganador comete un error, dice ‘estaba equivocado’; cuando un perdedor comete un error, dice: ‘No fue mi culpa’. Un ganador puede pedir disculpas incluso a un niño pequeño, y un perdedor no puede bajar la cabeza ni siquiera ante un anciano.” Sydney J. Harris, periodista

La capacidad de disculparse para recuperar las relaciones

A veces nos disculpamos, pero la situación no termina allí, sino que empeora. En este caso, es muy probable que no haya sido una disculpa adecuada. Disculparse no debe ser un medio para evitar la crisis o una manera formal de disminuir la carga del corazón. Más importante que “si se disculpó o no” es “si la otra persona se siente mejor o no”. Descubramos cómo disculparnos correctamente.

① Expresar en detalle

Hay un error que los esposos suelen cometer: disculparse con sus esposas sin pensar mucho. Cuando las esposas les preguntan por qué están apenados, muchos esposos eluden la pregunta porque no saben qué decir. A veces, en lugar de disculparse directamente, algunas personas tratan de hacer que sus esposas se sientan mejor con un comentario de humor o un regalo, o algunos piensan que se disculparon diciendo algo que muestra su mal presentimiento como: “Oh no” o “¿Qué puedo hacer?”. Al disculparse, no debe ser impreciso, sino explicar en detalle lo que siente. Un corazón verdadero se transmite al mostrar que es consciente de lo que ha hecho mal.

② No añada ninguna condición o excusa

Hay razones para todo, y también hay razones incluso para cometer errores a su manera. Sin embargo, cuando se disculpe, no debe dar razones. En el momento en que añade una razón, se convierte en una excusa que pretende ser una disculpa. “Lo siento, pero…”, “Estaba equivocado, pero tú también estabas equivocado”, “Me disculpé, así que también debes disculparte”, “Si te sentiste ofendido, te pediré disculpas”. Tales expresiones que intentan evitar la responsabilidad y una disculpa condicional, hacen que la otra persona se sienta aún más incómoda.

③ Mostrar voluntad de mejorar

Lo que quiere una persona que recibe una disculpa es que el mismo error no se repita. Si una disculpa hace que la persona que la recibe todavía se sienta preocupada de que vuelva a suceder, no puede confiar en el que se disculpa. Una disculpa debe venir acompañada de una acción. Debe mostrar su disposición a ser más cuidadoso en adelante y tratar de no repetir el mismo error.

④ Si la disculpa es aceptada o no, depende de la persona que la recibe

A veces, la disculpa no se acepta a pesar de que uno da un paso atrás y se disculpa. Cuando esto sucede, algunas personas se enojan o se frustran y dicen: “¿Cómo puedes no aceptar mi disculpa? ¿No te basta con mi disculpa?”. Si hace eso, la sensación de la otra persona será aún más dolorosa, ya que es criticada cuando su corazón aún no se ha derretido. El que decide si acepta una disculpa o no, no es el que se disculpa, sino el que la recibe. A veces, el sentimiento de uno se lastima tanto que toma un tiempo para sanar. En este caso, no debe presionarlo para sacarlo de su pecho rápidamente, sino esperar.

⑤ “¡No hice nada malo!”

A veces, es muy difícil entender por qué alguien está enojado y qué ha hecho mal usted. No hay nada más difícil que decir que lo siente cuando no ha hecho nada malo. Sin embargo, aunque no tuvo malas intenciones, necesita pensar que usted es responsable si los sentimientos de la otra persona se lastiman. Es porque, así como existen diferencias en la forma de pensar de los individuos, también existen diferencias en el estándar de errores. Una persona que tiene un estilo de vida libre, pensará que está bien dejar las cosas en cualquier lugar después de usarlas, pero aquellos que organizan las cosas estrictamente, pueden pensar que está mal no poner las cosas en su lugar después de usarlas.

⑥ Al recibir una disculpa

Para una reconciliación sin problemas, el que recibe una disculpa también necesita tener un corazón generoso. Intente perdonar generosamente en lugar de mencionar de nuevo su falta, diciendo: “¿Sabes siquiera lo que hiciste mal?”, o dilatar pensando: “Necesito algo más que una disculpa”. Es porque también puede cometer el mismo error inconscientemente.

Además, aunque alguien lo hizo sentir enojado, trate de tener una mente amplia para entenderlo y olvídelo si no es un problema importante. Si pierde los estribos inmediatamente cuando se enoja, la otra persona, que podría haber estado a punto de disculparse, también podría perder los estribos. Si es algo que no puede pasar por alto, trate de explicar qué lo hizo enojar como: “Me sentí herido por esta y aquella razón”, en lugar de exhortarlos, diciendo: “¡Discúlpate ahora mismo!”.

Una disculpa contiene amor, respeto y consideración por la otra persona. Una disculpa también expresa un mensaje: “Valoro nuestra relación más que a mí mismo”. Disculparse es algo correcto, pero es muy difícil ponerlo en práctica. Pero la razón por la que debemos disculparnos es que vivimos juntos.

En particular, la relación familiar dura toda la vida, no solo uno o dos días. Hay muchos casos en que las personas cercanas sienten dolor porque son abiertas el uno con el otro. Por lo tanto, cuanto más cerca esté de alguien, más fácilmente debería disculparse con él. Si hay algún signo de desacuerdo con algún miembro de su familia, discúlpese primero, de modo que cualquier desgracia que intente llegar a su familia huya lejos.