Dios no desprecia a un corazón contrito
Andrea Bahena Valdés, desde Toluca, México

Cada vez que veía miembros que llevaban frutos del evangelio cada mes, me preocupaba por mí misma, ya que no cosechaba ningún resultado. Entonces, llegué a pensar que todavía no tengo un corazón agradable a Dios.
“Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios. Haz bien con tu benevolencia a Sion; edifica los muros de Jerusalén.” Sal 51:17-18
David, que fue reconocido como “varón conforme al corazón de Dios”, siempre tenía un corazón contrito y lleno de arrepentimiento. Además, el corazón de David estaba lleno de anhelo por edificar el templo de Jerusalén y reunió materiales. Por ese corazón, Dios amó mucho a David.
Ahora, yo también quiero llenar mi corazón de humildad y arrepentimiento como David, reconociendo mi verdadera identidad: una pecadora celestial. Y quiero hacer la obra del evangelio con un corazón lleno de entusiasmo por encontrar a las almas que serán el lino fino de nuestra Madre. Espero que toda la familia celestial de México y del mundo entero, podamos tener un corazón fiel y agradable a los Padres celestiales, para ser hijos conforme a su corazón.