El historietista estadounidense Jarrett J. Krosoczka fue a dar una charla a la escuela primaria a la que él había asistido, y se topó con la señora que había estado trabajando en el mismo comedor escolar desde que él era estudiante. Estaba encantado de ver a aquella mujer, que seguía trabajando en el comedor por tanto tiempo, y en el momento en que la vio, se inspiró a crear un nuevo dibujo. Era sobre un agente secreto, la señora del comedor, que combatía villanos con utensilios de cocina y protegía a la escuela y a los estudiantes.
El cómic se volvió muy popular y cambió la actitud de los estudiantes hacia las señoras de los comedores de sus escuelas. Los estudiantes llevaron cartas de agradecimiento a las señoras y les entregaron un florero con sus fotos como regalo. Las señoras de los comedores, conscientes de su trabajo, se sintieron orgullosas y trabajaron con más alegría que antes.
Antes de que un niño pueda aprender, su estómago debe estar lleno. Dijo: “Estas mujeres están alimentando a nuestros hijos cada día y trabajando en la línea de frente para crear un mundo sabio”. La nueva perspectiva de una persona cambió completamente el valor de lo que se había considerado insignificante.
Un “gracias” puede cambiar la vida. Cambia la vida de la persona que lo recibe, y la vida de quien lo expresa. Jarrett J. Krosoczka