Culto Conmemorativo del Día de Ascensión y Gran Asamblea del Día de Pentecostés 2024

Hacia la gran obra del evangelio que se cumplirá por el poder del Espíritu Santo

mayo 19, 2024
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Hace dos mil años, en Jerusalén, se reunieron unos ciento veinte santos en el aposento alto de Marcos. Después de presenciar la ascensión de Jesús, cuarenta días después de su resurrección, se dedicaron todos los días a la oración hasta recibir el regalo que Dios había prometido. Después de diez días, en el Día de Pentecostés, se llenaron del Espíritu Santo. Dejando atrás el temor y la timidez, y con el poder del Espíritu Santo, predicaron valientemente el evangelio y guiaron a tres mil y hasta cinco mil personas a la verdad en un solo día. Llevaron el mensaje de Cristo más allá de Jerusalén hasta Europa, abriendo así un nuevo horizonte para el evangelio.

La Iglesia de Dios, que heredó la fe y la verdad del nuevo pacto de la Iglesia primitiva, conmemora el Día de Ascensión en el día cuarenta después del Día de Resurrección, y guarda la Gran Asamblea del Día de Pentecostés en el día cincuenta cada año. Este año, los cultos de las fiestas se llevaron a cabo en la Iglesia de Dios en todo el mundo el 9 y el 19 de mayo, respectivamente, junto con los cultos de la Semana de Oración del Día de Pentecostés, que se celebró por diez días. Los miembros celebraron las fiestas sagradamente, esperando la gran bendición y el poder del Espíritu Santo aun mayores que en los días de la Iglesia primitiva.

Culto Conmemorativo del Día de Ascensión: la alegría de la ascensión y la confianza de la fe

En el Día de Ascensión, la Madre celestial dio gracias al Padre celestial, quien concedió la esperanza de la ascensión a los hijos. Oró para que todos los hijos pidieran el Espíritu Santo con un solo corazón, creyendo que lo recibirían, y que guiaran a muchas almas al cielo con la bendición del Espíritu Santo de la lluvia tardía, más fuerte que en la primera venida de Jesús.

El Primer Pastor Kim Joo-cheol dijo: “Hace dos mil años, a pesar de la persecución de la sociedad judía, la alegría de los discípulos, que fueron testigos de la ascensión de Jesús, habría sido indescriptible. Siendo transformados por la fe firme, proclamaron valientemente la verdad, cumpliendo el mandato de ‘predicar el evangelio a todas las naciones’, guiando a miles a la salvación en un solo día”. Agregó: “Nosotros, que participaremos de la futura gloria de la ascensión, debemos cumplir la misión del evangelio que Dios nos ha dado, con una fe firme”, animando a los miembros (Hch 1:6-11, 1 Ts 4:13-18, 2 P 3:11-14, Mt 28:18-20). Asimismo, enfatizó: “El lugar donde Dios mismo reina es Sion, donde se celebran las siete fiestas de tres tiempos. Por lo tanto, estemos orgullosos de ser miembros de Sion y llevemos una vida de fe con alegría y gratitud, guiando a muchas almas a Sion, el refugio de la salvación. Y para eso, roguemos fervientemente el poder del Espíritu Santo durante la Semana de Oración del Día de Pentecostés, esperando experimentar el cumplimiento de nuestras oraciones” (Is 52:7-8, 33:20-24, Sal 97, 99).

La Madre deseó que, durante las fiestas, todos los miembros se revistieran de toda la armadura del Espíritu Santo, sin que faltara ninguno. Siguiendo este deseo, los miembros comenzaron con devoción la Semana de Oración del Día de Pentecostés, reflexionando sobre qué pedir en sus oraciones.

Gran Asamblea del Día de Pentecostés: las puertas del evangelio se abren a través de las acciones

El Día de Pentecostés amaneció con el humo del incienso de las oraciones ofrecidas por los miembros de todo el mundo, durante la semana de oración de diez días que comenzó desde la noche del Día de Ascensión.

La Madre oró para que, a través de la bendición del Espíritu Santo en el Día de Pentecostés, surgiera un ferviente movimiento del evangelio para que el agua de la vida del Espíritu y la Esposa llegara a todas las personas del mundo.

El Primer Pastor Kim Joo-cheol dio una lección sobre la actitud de los santos que han recibido el Espíritu Santo, diciendo: “La base para el crecimiento explosivo de la Iglesia primitiva, incluso en medio de circunstancias adversas, fue la obra de los santos que, al recibir el Espíritu Santo en el Día de Pentecostés, fueron transformados por completo. Unidos por un profundo sentido de misión, se dedicaron plenamente a escudriñar la palabra de Dios y a predicar sin cesar”. Luego enfatizó: “La llave del evangelio está en manos de Dios; si nosotros también seguimos sus pasos con una fe que se pone en práctica, Dios se conmoverá y abrirá de par en par la puerta de la evangelización mundial (Hch 2:1-12, 40-41)”. Añadió: “Así como, a partir del Día de Pentecostés, los apóstoles proclamaron con fuerza el nombre de Jesús, el Salvador de la época del Hijo, proclamemos también nosotros, con toda libertad y valentía, el nombre de Cristo Ahnsahnghong, el Salvador de la época del Espíritu Santo”. Entonces, los miembros expresaron unánimemente su determinación con un resonante “amén” (Ap 3:12, Is 52:5-6, He 9:27-28).

La Madre animó a los miembros que se habían acercado a orar a Dios durante diez días en la madrugada y la noche, e inculcó valor en ellos, diciendo que si predican con el poder del Espíritu Santo, lograrán mejores resultados que antes. Alentó a sus hijos a proclamar el evangelio con pasión, sabiduría y valor del Espíritu Santo, y los instó una vez más a alumbrar la gloria de Dios, como la sal y la luz del mundo.

Revestidos del Espíritu Santo gracias a las oraciones y al aliento de la Madre, los miembros sueñan con la gran obra del evangelio que se cumplirá por el poder del Espíritu Santo. Con la determinación de anunciar con diligencia las buenas nuevas de salvación a todas las naciones, como lo hicieron los santos de la Iglesia primitiva, están impulsando con mayor fuerza el movimiento del Espíritu Santo.

En el día cuarenta después de su resurrección, Jesús ascendió al cielo, y al día cincuenta derramó el Espíritu Santo, cumpliendo la profecía según las obras de Moisés en la época del Antiguo Testamento.
Culto Conmemorativo del Día de Ascensión
En el día cuarenta después de que los israelitas cruzaron el mar Rojo, Moisés llegó al desierto de Sinaí, subió al monte Sinaí y se acercó a Dios (Ex 19:1-7). Esta es una profecía de lo que Jesús cumpliría: Jesús ascendió al cielo cuarenta días después de su resurrección (Hch 1:3-9).
Gran Asamblea del Día de Pentecostés
En el día cincuenta después de cruzar el mar Rojo, Moisés subió al monte Sinaí para recibir las tablas de piedra con los diez mandamientos que Dios había escrito. Dios estableció el Día de Pentecostés (“Fiesta de las Semanas” en el Antiguo Testamento) para conmemorar este día (Ex 24:12-18, Lv 23:15-18). Según la profecía, en el día cincuenta después de su resurrección, Jesús entró en el Lugar Santísimo del cielo y derramó el Espíritu Santo sobre sus discípulos (He 9:11-24, Hch 2:33).