¿Quién hace los milagros del evangelio?

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La historia bíblica nos muestra que Dios hizo milagros en momentos importantes y cruciales para salvar a su pueblo: dividir el Mar Rojo, alimentar a seiscientos mil hombres y a sus familias con maná todos los días durante cuarenta años, hacer brotar agua de una roca golpeándola, etc. De este modo, cada vez que los israelitas enfrentaban dificultades, Dios abría un camino para ellos de una manera milagrosa.

Entonces, ¿quién hace los milagros del evangelio en esta época? La respuesta también es “Dios”. Fuimos tentados por Satanás a pecar en el cielo, y fuimos arrojados a esta tierra. Incluso ahora, si Satanás nos tienta, podemos ser tentados en cualquier momento porque somos débiles y pobres. Pero ya que el Padre y la Madre siempre nos sostienen y nos guían, podemos ser fuertes a pesar de ser débiles por naturaleza.

En la predicación del evangelio, podemos ver un milagro si tenemos a nuestro Padre y a nuestra Madre en nosotros. Debemos reconocer correctamente quién hace los milagros del evangelio en esta época y caminar siempre con Dios por dondequiera que vayamos. Caminar con Dios significa practicar lo que Dios nos dice.

Dios, el hacedor de los milagros

En la batalla entre Israel y Amalec, Dios dio la victoria a Israel sosteniendo en alto los brazos de Moisés. Dios también curó la enfermedad de Ezequías, e hizo retroceder la sombra del sol como una señal de que le daría quince años más de vida. A través de algunos eventos históricos de la Biblia, pensemos acerca de quién es el creador de los milagros del evangelio.

『Entonces vino Amalec y peleó contra Israel en Refidim. Y dijo Moisés a Josué: Escógenos varones, y sal a pelear contra Amalec; mañana yo estaré sobre la cumbre del collado, y la vara de Dios en mi mano. E hizo Josué como le dijo Moisés, peleando contra Amalec; y Moisés y Aarón y Hur subieron a la cumbre del collado. Y sucedía que cuando alzaba Moisés su mano, Israel prevalecía; mas cuando él bajaba su mano, prevalecía Amalec. Y las manos de Moisés se cansaban; por lo que tomaron una piedra, y la pusieron debajo de él, y se sentó sobre ella; y Aarón y Hur sostenían sus manos, el uno de un lado y el otro de otro; así hubo en sus manos firmeza hasta que se puso el sol. Y Josué deshizo a Amalec y a su pueblo a filo de espada.』Éx. 17:8-13

En la batalla contra Amalec, el ejército de Israel experimentó el milagro de ganar la guerra cuando Moisés levantaba sus manos. No fue la obra de Moisés o la de Josué. Fue el poder de Dios, quien era el único que podía hacer posibles esas cosas, trabajando en secreto.

En la batalla contra los amorreos, el ejército de Josué obtuvo la victoria sobre ellos. Veamos si su victoria fue lograda por la habilidad de Josué o por un milagro que Dios hizo.

『Y cinco reyes de los amorreos, el rey de Jerusalén, el rey de Hebrón, el rey de Jarmut, el rey de Laquis y el rey de Eglón, se juntaron y subieron, ellos con todos sus ejércitos […]. Y Jehová dijo a Josué: No tengas temor de ellos; porque yo los he entregado en tu mano, y ninguno de ellos prevalecerá delante de ti. Y Josué vino a ellos de repente, habiendo subido toda la noche desde Gilgal. Y Jehová los llenó de consternación delante de Israel, y los hirió con gran mortandad en Gabaón; […] Jehová arrojó desde el cielo grandes piedras sobre ellos hasta Azeca, y murieron; y fueron más los que murieron por las piedras del granizo, que los que los hijos de Israel mataron a espada. Entonces Josué habló a Jehová el día en que Jehová entregó al amorreo delante de los hijos de Israel, y dijo en presencia de los israelitas: Sol, detente en Gabaón; y tú, luna, en el valle de Ajalón. Y el sol se detuvo y la luna se paró, hasta que la gente se hubo vengado de sus enemigos. ¿No está escrito esto en el libro de Jaser? Y el sol se paró en medio del cielo, y no se apresuró a ponerse casi un día entero.』Jos. 10:5-13

En la batalla contra los amorreos, la guerra habría sido desfavorable para el ejército de Israel si el sol se hubiera ocultado y hubiera oscurecido. Pero el sol no se ocultó sino que estuvo en medio del cielo durante casi un día. Este resultado no fue la habilidad de Josué y su ejército. El hecho de que el ejército de Josué saliera victorioso, fue un milagro hecho por Dios.

Finalmente la victoria depende de Dios. A través de las enseñanzas de la Biblia, necesitamos encontrar una respuesta definida acerca de quién puede hacer los milagros del evangelio en esta época y confiar siempre en Dios. Si hacemos eso, Dios ciertamente nos dará la gloria y el gozo de guiar numerosas almas al camino de la salvación permitiéndonos resistir al diablo, nuestro enemigo, y ganar la victoria sobre él no solo en la guerra espiritual sino también en la última obra del evangelio.

Por medio de otro milagro realizado por Dios, tengamos en mente una vez más qué omnisciente y omnipotente es Dios.

『Y Ezequías había dicho a Isaías: ¿Qué señal tendré de que Jehová me sanará, y que subiré a la casa de Jehová al tercer día? Respondió Isaías: Esta señal tendrás de Jehová, de que hará Jehová esto que ha dicho: ¿Avanzará la sombra diez grados, o retrocederá diez grados? Y Ezequías respondió: Fácil cosa es que la sombra decline diez grados; pero no que la sombra vuelva atrás diez grados. Entonces el profeta Isaías clamó a Jehová; e hizo volver la sombra por los grados que había descendido en el reloj de Acaz, diez grados atrás.』2 R. 20:8-11

En la obra de la redención, Dios cambió incluso el movimiento de los cuerpos celestes. Él hizo volver la sombra por los grados que había descendido en el reloj de Acaz, diez grados atrás. Esto significa que Él causó que el sol invirtiera su dirección y que retrocediera. Visto desde la tierra, el sol se mueve de este a oeste. Pero imagine que el sol se mueva hacia atrás, de oeste a este. ¡Qué milagroso y sorprendente debe de haber sido!

La obra del evangelio que Dios administra y guía

Fue Dios quien creó esos asombrosos milagros. A pesar de esto, los israelitas olvidaban fácilmente a Dios en las situaciones más críticas. Lo mismo sucedió cuando los doce espías reportaron a Moisés y a toda la congregación de Israel acerca de la tierra de Canaán que habían explorado. Josué y Caleb les dieron el valor de la fe, diciendo: “Dios está con nosotros, subamos contra ellos. Nosotros los comeremos como pan”. Por el contrario, los otros diez espías dieron un mal reporte, y los israelitas que escucharon el reporte negativo temblaron de miedo y sin dudar hablaron palabras llenas de quejas contra Dios y Moisés.

Entonces Dios reveló su gloria ante Moisés y el pueblo de Israel, y dijo:

『y Jehová dijo a Moisés: ¿Hasta cuándo me ha de irritar este pueblo? ¿Hasta cuándo no me creerán, con todas las señales que he hecho en medio de ellos?』Nm. 14:11

Para el pueblo de Israel que no creía en Dios aunque Él les mostraba muchos milagros, Dios dijo: “¿Hasta cuándo no me creerán?” Es Dios el que creó la tierra de la nada e hizo todos los milagros en el Antiguo y el Nuevo Testamentos. No debemos olvidar el hecho de que Dios Todopoderoso está con nosotros.

Hemos sido llamados a la obra del evangelio que Dios guía, y estamos participando en la obra en la medida de nuestras débiles fuerzas. El Padre y la Madre se complacen cuando nos esforzamos en seguir su voluntad, siendo fieles incluso en pequeñas cosas. Los padres se conmueven más por sus hijos pequeños que se esfuerzan por caminar con pasos vacilantes, que por los hijos que caminan y corren bien como atletas. Por eso, cuando sus hijos apenas dan un paso tras otro, ellos los sostienen para que puedan caminar unos cuantos pasos más, y a veces les ayudan a caminar una larga distancia, que les tomaría mucho tiempo recorrer por sí mismos. De la misma manera, si nos dedicamos a lo que Dios nos ha dicho que hagamos, obedeciendo la palabra de Dios, aunque somos incapaces de hacerlo bien, Dios estará conmovido y seguirá haciendo milagros del evangelio en esta época.

『Porque así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo, yo mismo iré a buscar mis ovejas, y las reconoceré. Como reconoce su rebaño el pastor el día que está en medio de sus ovejas esparcidas, así reconoceré mis ovejas, y las libraré de todos los lugares en que fueron esparcidas el día del nublado y de la oscuridad. Y yo las sacaré de los pueblos, y las juntaré de las tierras; las traeré a su propia tierra, y las apacentaré en los montes de Israel, por las riberas, y en todos los lugares habitados del país. En buenos pastos las apacentaré […]. Yo apacentaré mis ovejas, y yo les daré aprisco, dice Jehová el Señor. Yo buscaré la perdida, y haré volver al redil la descarriada; vendaré la perniquebrada, y fortaleceré la débil; mas a la engordada y a la fuerte destruiré; las apacentaré con justicia. Mas en cuanto a vosotras, ovejas mías […]. Yo salvaré a mis ovejas, y nunca más serán para rapiña; y juzgaré entre oveja y oveja.』Ez. 34:11-22

Dios dice que Él mismo buscará a sus ovejas y las cuidará. Esto significa que Dios mismo vendrá para encontrar a sus hijos perdidos, ¿verdad? El día del nublado y de la oscuridad se refiere a los últimos días (Sof. 1:14-15). Por eso, la profecía de Ezequiel 34 muestra que Dios vendrá a esta tierra en los últimos días para encontrar a sus hijos. Ya que Dios dice: “Yo las sacaré”, no hay duda de que es Dios quien saca a sus hijos que están encerrados en el mundo secular entre los pueblos, reuniéndolos de las naciones, y los guía a Sion.

A través de la Biblia, estamos siendo testigos de todos los milagros hechos por Dios. “¿Hasta cuándo estos pueblos no me creerán?” No debemos permitir que estas palabras de Dios se apliquen a nosotros. Todas las obras del evangelio son milagros hechos por Dios.

Por supuesto, hay mucho esfuerzo de nuestros hermanos y hermanas en las regiones donde los frutos del evangelio se están produciendo abundantemente. En los países donde tienen dificultades de comunicación, están llevando muchos frutos y restableciendo la iglesia. Creo que Dios les da esos resultados llenos de gracia porque se han esforzado y se han dedicado a conmoverlo. Si comprendemos a Dios y hacemos la obra del evangelio, siempre sosteniendo las manos del Padre y la Madre, podemos experimentar continuamente un milagro del evangelio hecho por Dios.

Las palabras de la Biblia que dicen: “Es necesario que así se haga”, se cumplirán sin falta

¿Quién hace los milagros del evangelio? ¿Quién puede hacer los milagros del evangelio? La respuesta a estas preguntas es “Dios”. Debemos creer y no dudar que este evangelio se cumplirá sin falta porque Dios Elohim está con nosotros. Si solo participamos en esta obra, Dios nos concederá todas las bendiciones y premios.

『Y es necesario que el evangelio sea predicado antes a todas las naciones.』Mr. 13:10

『Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.』Mr. 16:15-16

Cuando Jesús habló a sus discípulos las señales del fin de los días, dijo que habría terremotos y muchos otros eventos desastrosos, y que por encima de todo, el evangelio sería predicado a todas las naciones del mundo. Dios nos dijo que no temamos, sino que prediquemos el evangelio a todas las personas, porque Él hará todos los milagros del evangelio. Ya que todas estas promesas y profecías de Dios están registradas en la Biblia, debemos creer en ellas.

『Entonces Jesús le dijo: Vuelve tu espada a su lugar; porque todos los que tomen espada, a espada perecerán. ¿Acaso piensas que no puedo ahora orar a mi Padre, y que él no me daría más de doce legiones de ángeles? ¿Pero cómo entonces se cumplirían las Escrituras, de que es necesario que así se haga?』Mt. 26:52-54

Las palabras de la Biblia que dicen que “es necesario que así se haga”, se cumplirán sin falta. Cuando Jesús fue arrestado, esto no sucedió porque Él no tuviera poder de detener esa situación, sino porque había una profecía de que sería sacrificado por nuestros pecados y que resucitaría después de tres días. Por eso, Él cumplió la profecía.

Si Dios dijo que el evangelio será predicado a todas las naciones, ¿sucederá o no? Y si Dios dijo que Él mismo buscará a sus ovejas perdidas y las cuidará como su Pastor, ¿las encontrará o no? Desde hace mucho tiempo, Dios ha estado buscando a sus ovejas. El Padre vino a buscar a sus hijos perdidos y cumplió su ministerio del evangelio durante treinta y siete años según la profecía del rey David. La Madre aún está guiando la obra de la salvación, dándonos a sus hijos fuerzas y valor en la fe. Así es como nuestra Sion se ha convertido en lo que es hoy; y será así hasta que el evangelio sea predicado a todas las personas del mundo.

Los que caminan con Dios estarán en medio de los milagros de Dios

Como los milagros del evangelio están ocurriendo con más frecuencia, la Babilonia espiritual parece estar asustada y temblando de miedo. Cuando los israelitas se acercaron a la ciudad de Jericó, el pueblo de Jericó temblaba de miedo y sus corazones se derritieron como cera. Ya que Dios está guiando y controlando en la línea de frente del evangelio, ¿quién puede ir contra Él?

Ahora la graciosa fragancia de Sion se predica en todos los rincones del mundo. Leí muchas cartas llegadas a Jerusalén de todas partes del mundo. Todos los que enviaron sus cartas dijeron que estaban sintiendo que las recientes obras del evangelio eran verdaderamente milagros hechos por Dios. Hay muchos otros casos de los que han experimentado los milagros de Dios. Ellos decían que Dios los ayudaba a lograr algo que los humanos ni siquiera podían imaginar, de una manera inesperada y milagrosa, aun cuando ya se habían rendido pensando que era imposible. También decían que cuando trataban de predicar confiando en sus propias fuerzas, las personas no los escuchaban, pero que cuando pensaban en el sacrificio de Dios una vez más y salían confiando en Dios Elohim, la situación cambiaba en 180 grados; la gente del mismo lugar donde habían sido perseguidos el día anterior, recibían la verdad el siguiente día.

Por favor vayan con el Padre y la Madre cuando prediquen el evangelio. Si tratan de predicar confiando solo en su propia fuerza y habilidad, sin apoyarse en Dios, no encontrarán ni una sola alma, y hasta los que los escuchen cerrarán sus corazones. No podemos vencer a Satanás si peleamos contra él con nuestra propia fuerza. No importa qué poderosa y filosa sea la espada espiritual que salga de nuestra boca, pues no puede romper el escudo de Satanás. Aunque Josué era muy valiente y aguerrido, la victoria no dependía de él sino de que Moisés mantuviera sus brazos levantados detrás de la escena. De igual manera, nuestra victoria depende de Dios.

¿Quién puede hacer los milagros del evangelio en esta época, y quién hará los milagros? Por favor piensen en esto detenidamente. El creador de los milagros no soy “yo mismo” o alguien más, ni Josué ni Moisés ni el apóstol Pablo ni el apóstol Pedro ni cualquier otra persona. Solo Dios es el creador de los milagros, y solo aquellos con quienes Dios está, pueden estar en medio de los milagros.

Dios, quien cumple la obra de la salvación en todo el mundo, está con nosotros. Hermanos y hermanas de Sion, siempre tengamos en mente que todos los milagros del evangelio vienen de Dios, y lleven el abundante fruto del Espíritu Santo en el Padre y la Madre, recordando las palabras de Dios: “Yo estoy contigo”, “No temas ni desmayes”, y “Yo te ayudaré”.