La estrategia de polinización activa e inteligente de las plantas

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La falsa acacia que propaga su fragancia junto a la brisa primaveral, la azalea real roja por toda la montaña, y un manojo de rosas rojas… las encantadoras y coloridas flores atraen la atención de la gente, dándoles la muestra del fin de la primavera. ¿Para quién son estas hermosas y fragantes flores?

Existen criptógamas que no tienen flores, como el musgo y el helecho; pero la mayoría de las plantas florecen, producen semillas y dejan descendencia en el mundo. Para que se produzcan semillas, el polen que se crea en un estambre debe estar en contacto con un estigma; este proceso se llama polinización. Como las plantas no pueden moverse por sí mismas, reciben ayuda de agentes como insectos, aves, agua y viento.

Coloridas flores y dulce miel

Dos de cada cinco flores son entomófilas, que son polinizadas por insectos como abejas o mariposas. El polen que se adhiere a los insectos, se transporta al estigma de otra flor y se convierte en la semilla de una nueva vida. De este modo, los insectos se vuelven mensajeros del amor sin saberlo.

En particular, las flores entomófilas tienen pétalos o cálices elegantes. Son fascinantes para las personas, pero en realidad están allí para tentar a los insectos. Así como la gente pone señales luminosas con led, las plantas florecen con diferentes colores para hacerse visibles entre el verdor del bosque. Sin embargo, los insectos ven los colores de manera diferente que los humanos, porque la frecuencia de los rayos que los insectos pueden sentir es distinta que la que sienten los humanos. Los insectos pueden observar los rayos UV e incluso ver los patrones de las flores que los humanos no pueden ver.

Iris sanguinea
Hortensia serrata

Las plantas no pueden cautivar por completo el corazón de las abejas o mariposas solo con sus espléndidos colores. Por esa razón ocultan néctar dentro de sus flores y captan a los insectos con su dulce miel. La Iris sanguinea y las orquídeas tienen patrones de distintos colores hacia su centro al igual que las luces de las pistas de aterrizaje, que contrastan con el color del resto de sus pétalos. De hecho, estos coloridos patrones ayudan a que los insectos encuentren el néctar sin perderse. Las plantas dan a conocer la ubicación del néctar de sus flores con los patrones y colores que solo ciertos insectos pueden distinguir. Aquí está escondida la estrategia de las plantas para una polinización efectiva. El hecho de que el centro de muchas flores sea amarillo, tiene el fin de atraer la atención de las abejas.

En cuanto a las sedum de otoño o falsas spireas, las flores pequeñas y detalladas crecen en racimos. No solamente lucen como flores enormes, sino que también es fácil para los insectos aterrizar en ellas. Además, es sencillo para los insectos moverse de flor en flor, lo cual permite una polinización más satisfactoria en un corto período.

Algunas plantas incluso tienen enormes flores falsas con el fin de ser más llamativas para los insectos. Las hortensias serratas forman “flores enormes”, pero en el exterior no tienen pistilo ni estambre. Su papel es ser llamativas. Gracias a esos falsos pétalos que forman enormes “flores”, los insectos pueden encontrar fácilmente las flores. Una vez que las flores reales son polinizadas, las hortensias serratas giran sus pétalos falsos y envían una señal para que los insectos no se acerquen. Las hortensias serratas forman colonias, así que, al enviar esta señal a las abejas, ayudan a que las flores restantes sean polinizadas.

Una fragancia única

La fragancia de las flores también desempeña un papel importante en tentar a los insectos. Dado que la fragancia se propaga a lo lejos, esto atrae a los insectos aunque las flores estén escondidas por otras plantas o árboles. No obstante, no todas las flores son fragantes.

Las moscas no solo tienen muchas especies, sino que también habitan en diversos lugares, incluso en sitios donde las abejas o pájaros no habitan. Las moscas vuelan a una rápida velocidad e incluso pueden cambiar de dirección instantáneamente. También son persistentes y tenaces. Todos estos talentos hacen que las plantas quieran que sean sus transportistas de polen.

Rafflesia

La Rafflesia, que es un parásito en las enredaderas, huele tan mal como la carne podrida. Aunque no es nada fragante para los humanos, lo es para las moscas como cualquier otra flor. Estas flores son de color marrón rojizo con pecas blancas, colores que les gustan a las moscas. También la Stapelia, un género de plantas suculentas que viven en regiones secas donde no hay muchas abejas, echa flores de color rojo oscuro para atraer a las moscas. Estas flores tienen un olor a podrido tan hediondo que las personas fruncen el ceño, e incluso son peludas, imitando el cadáver de los animales, comida que a las moscas les gusta.

Bulbophyllum virecens, un género de orquídeas que viven en la selva tropical de Borneo, llaman a las moscas con un olor desagradable. Estas pequeñas orquídeas hacen una trampa para capturar a las moscas y esconden el polen en su interior. Al olerlo, las moscas se acercan y se posan. Entonces las trampas se mueven, y el polen pegajoso se adhiere a las moscas. Además, hacen que el polen llegue a las moscas de cierto tamaño y peso. Y no funciona para otros insectos, ni siquiera para otras moscas de diferente tamaño. De esa manera, aumentan la probabilidad de polinización utilizando el transportador polinizador de una sola especie, no permitiendo que su polen se mezcle con las demás flores.

Una manera un poco más especial

La orquídea martillo, que se encuentra en el sudoeste de Australia, hace esfuerzos aún más activos. Para atraer a la avispa macho de Thynnid que entregará su polen, imita muy similarmente la apariencia de la hembra de Thynnid. Incluso emite las mismas feromonas diez veces más fuertes que las que usan las avispas hembras para atraer a los machos. Al oler las fuertes feromonas, las avispas machos se juntan alrededor de la flor y luchan por aparearse. No obstante, incluso el ganador termina con el polen, sin aparearse. Las avispas machos, una vez engañadas, se intoxican con las fuertes feromonas y vuelan a otra flor. De esa manera el polen se entrega al pistilo de otra flor. La orquídea martillo se aparea perfectamente con éxito, utilizando el apareamiento de las avispas.

Orquídea martillo
Ave del paraíso

Las flores ornitófilas que son polinizadas con la ayuda de aves pequeñas como colibríes, a menudo son rojas, que es el color favorito de las aves. Dado que las aves tienen una buena visión, son más sensibles a los colores que otros animales. Como el sentido del olfato de las aves no se ha desarrollado como el de los insectos, la mayoría de las flores que reciben ayuda de las aves para la polinización no tienen fragancia. Las flores ornitófilas, que tientan a las aves, ocultan la miel a una profundidad apta solo para las aves que tienen picos largos y lenguas desarrolladas, y no para insectos pequeños como las abejas o las mariposas. Además, necesitan tener bastante miel para que las aves grandes se sientan satisfechas y espacio para que se posen con estabilidad. Las flores ave del paraíso, nombradas así por el ave del paraíso, no solo tienen los colores de dicha ave, sino que incluso se parecen al ave con las alas extendidas. Hasta tienen perchas para facilitar que los pájaros se posen en ellas.

Hay algunas plantas que usan fenómenos naturales, y no otros organismos. Las flores anemófilas, que toman prestado el poder del viento, producen un polen extremadamente pequeño y ligero que puede ser soplado fácilmente por la más ligera brisa. Los pinos y ginkgos pertenecen a este tipo de plantas. Como no está garantizado que el viento entregue el polen precisamente en la ubicación deseada, a menudo brotan muchas más flores machos que tienen polen. El polen de los pinos tiene aerocistos, que les permiten expandirse aún más.

La Tierra es el lugar donde los organismos vivos habitan generación tras generación. Aquí, los organismos vivos de millones de distintas especies con sus singulares apariencias, viven en unidad y obediencia al orden invisible de la naturaleza. En distintas formas, compiten o viven juntos para reproducirse. No solo los animales, sino también las plantas tienen el deseo de preservar sus especies.

Los esfuerzos de las plantas por producir su descendencia son sorprendentemente activos y estratégicos. Para obtener las semillas que abrazan una nueva vida, las plantas hacen muchos esfuerzos. Las plantas saben cómo vivir siendo parte del ecosistema y sin atentar contra la providencia de la naturaleza. En verdad, el mundo de la naturaleza es muy maravilloso. Frente a la naturaleza, los humanos solo somos uno de los tantos tipos de organismos vivientes que existen en la Tierra.

Referencia
Lee Seong-gyu, El misterioso mundo de las plantas, Daewon, 2016
Lee Seong-gyu, Manera de supervivencia de las plantas, Daewon, 2003
Choi Ju-yeong, Una historia divertida de las plantas, Gana, 2007
EBS, Apareamiento de animales verdes, parte 3, 28 de septiembre de 2016