Hermosa preparación

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Cuando llega el invierno, los animales se apresuran a prepararse para el frío. Algunos almacenan comida en diversos lugares, otros comen una gran porción y la guardan dentro de sus cuerpos y otros preparan un lugar para la hibernación. Entonces, ¿qué pasa con los árboles que están inmóviles?

En invierno, la cantidad de luz solar se reduce y se seca, lo que dificulta la producción de nutrientes a través de la fotosíntesis. Por eso, cuando la temperatura comienza a descender, los árboles dejan de crecer para que puedan almacenar nutrientes y humedad, y se deshacen de sus densas hojas.

Así es como un árbol deja caer sus hojas. Primero, traslada el alimento de las hojas a los tallos y luego crea una capa celular fuerte llamada “capa de abscisión” en el pecíolo. Los nutrientes no pueden pasar porque el paso entre la hoja y la rama se bloquea. Una vez que se destruye la clorofila restante, se revelan los colores que estaban ocultos detrás de ella, por lo que las hojas que alguna vez fueron verdes se vuelven rojas o amarillas. Las hojas se secan poco a poco así, y caen al suelo cuando sopla el viento. Las hojas de otoño que son agradables a nuestros ojos son en realidad un fenómeno que ocurre mientras los árboles se preparan para el invierno.

Los árboles crean un ambiente festivo, decorando las montañas y las calles con diferentes colores como si nos dijeran que no le temen al invierno. Con esa hermosa preparación, los árboles superan el viento del norte y la nieve.