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La imaginación del hombre no tiene límites. Si ve un increíble invento o una hermosa obra de arte creada por una brillante imaginación, se maravillará, exclamando: “Vaya”. Cuando alguien logra algo que nadie pensaba que fuera posible, la gente lo elogia con expresiones como: “Ha hecho algo más allá de la imaginación”, o: “Su trabajo es más de lo que alguna vez haya imaginado”.
“Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman.” 1 Co. 2:9
El reino de los cielos está fuera del alcance de la ilimitada imaginación humana. Ningún ojo lo ha visto, ningún oído lo ha oído y ningún lenguaje puede describirlo, y ningún corazón puede siquiera imaginarlo.
Por esta razón, el Dios del cielo vino a la tierra para hacer conocer a la gente la existencia de este asombroso y hermoso reino de los cielos, donde fluye el río de agua de vida, tan resplandeciente como el cristal, y el árbol de la vida produce su fruto cada mes. Y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor.
El Espíritu y la Esposa dicen: “¡Vengan todos ustedes! ¡Vamos allá juntos!”.