Una lección especial se realiza una vez a la semana en una academia de belleza en Florida, EE. UU. El título de la lección es “Clase de papá que arregla el cabello de su hija”, un programa en el que participan juntos padre e hija. El instructor no es un experto en belleza, sino un mecánico de treinta y tres años de edad. La razón por la que comenzó a dar una conferencia en una clase de belleza, realizando trabajos tan pesados, era su hija de nueve años.
Él siempre se había sentido mal por su hija, desde que comenzó a criarla solo. Hizo enormes esfuerzos por llenar la ausencia de su madre; sin embargo, tenía mucha dificultad para hacer las cosas delicadas, y era demasiado difícil atar su fino y largo cabello con sus enormes manos.
No obstante, como resultado de la constante práctica, sin rendirse por su hija, ahora tiene la capacidad de atar el cabello mejor que cualquier otra madre, y también posee conocimientos avanzados que otros no pueden seguir fácilmente. “No se trata de hacer trenzas. Se trata de afianzar nuestra relación. Esa es la parte más importante. Este es un precioso momento para conversar con mi hija y darle amor”, afirma.
Cuando crezca, él ya no necesitará trenzarle el cabello. Sin embargo, el amor y la dedicación que el padre le da probablemente no desaparezcan del corazón de su hija durante mucho tiempo.