Un ganadero de caballos tenía un problema: un autobús escolar se detenía en su rancho y los niños les daban galletas a sus caballos, lo cual hizo que estos aumentaran de peso día tras día.
“¡No alimenten a los caballos!”
Puso un letrero, pero no funcionó.
Un día, una persona que estudiaba psicología positiva se enteró de su problema y le hizo un nuevo letrero.
Después de colocarlo, sus caballos volvieron a su forma anterior: ágiles y con pelo fino y brillante.
El letrero que estaba en el rancho decía: “Solo comemos manzanas y zanahorias”.