Había un gran restaurante en la entrada de una famosa montaña con un hermoso paisaje. Cuando llegó el frío invierno, el número de excursionistas había disminuido y las personas raramente visitaban el restaurante. Un día, llegó un agradable invitado que había sido profesor del propietario del restaurante, y había viajado desde muy lejos para verlo.
—¿Cómo has estado? ¿Tu negocio marcha bien?
—Como puede ver, no hay ningún visitante. Me siento muy consternado.
—¿Cómo te fue el otoño pasado?
—Estuve muy ocupado porque el restaurante estaba atestado de personas que venían a ver los colores del otoño de la montaña.
—Y después, ¿cómo te fue en verano?
—Estuvo muy concurrido por visitantes veraniegos gracias a la temporada de vacaciones.
—¿En serio? Entonces, ¿qué tal la primavera?
—También se llenó en cuanto el frío comenzó a menguar.
—Entonces, ¿cuál es el problema? ¿No es bueno tener un breve descanso después del incesante y arduo trabajo? ¡Qué contento deberías estar!