La importancia del primer comentario
Go Na-yeong, de Busán, Corea
Cuando veo comentarios maliciosos en las noticias de Internet y la crítica que las personas hacen sin ninguna razón, frunzo el ceño y me siento ofendida aun cuando no estoy involucrada. Es por eso que tiendo a no leer los comentarios cuando leo un artículo. Justo a tiempo, ASEZ, el Grupo de Universitarios Voluntarios de la Iglesia de Dios Sociedad Misionera Mundial, llevó a cabo la Campaña No Más Abuso Verbal. La campaña tenía como fin animar a la gente a utilizar palabras edificantes en la vida diaria tanto en línea como presencialmente, y empecé a publicar comentarios positivos.
Entonces comprendí la importancia del primer comentario, mientras tomaba parte en esta campaña. Normalmente, un buen comentario lleva a otro comentario inspirador y animador, pero un comentario malicioso conlleva a otro del mismo tipo.
Una vez publiqué un comentario positivo en el artículo de un accidente trágico, y muchas personas empezaron a publicar palabras de ánimo para las víctimas. Eran diferentes de aquellos comentarios que señalaban la causa del accidente, criticando con palabras duras; me sentí bien mientras los leía.
Desde entonces, he tratado de dejar primeros comentarios positivos en más artículos. Publiqué comentarios de consuelo para aquellos que estaban pasando tiempos difíciles por la COVID-19, y de gratitud para el equipo médico que estaba trabajando duro en primera línea. Aunque no los conocía, esperaba que todos los que leyeran mis comentarios se animaran y superaran las dificultades.
Mi vida diaria ha cambiado un poco desde que publico comentarios de gratitud y ánimo. En el pasado, solía hablar directamente para mostrar mis sentimientos con precisión, pero ahora evito usar palabras hirientes. Ahora digo palabras suaves y buenas que hacen felices a las personas.
Algunas palabras se pueden convertir en cuchillos que hieren los sentimientos de los demás, y otras pueden volverse tiritas que curan los corazones rotos, según cómo las usemos. Usaré palabras gentiles y alentadoras con más frecuencia para inspirar y sanar los corazones heridos de los demás.