El momento más oscuro del día es el instante antes del amanecer. De la misma manera, el momento más ansioso de la vida de una persona puede ser una señal de que la esperanza está cerca.
Todos experimentamos frustraciones. Las cosas no siempre salen según lo planeado, y a veces algo malo ocurre inesperadamente. Cuando nos encontramos en esta situación, nos desanimamos y deprimimos como si cayéramos al suelo. Aunque miramos en todas las direcciones, parece que no hay manera de escapar de la situación. En ese mismo momento, Dios nos extiende su mano.
Cuando los israelitas salieron de Egipto, había muchas situaciones frustrantes esperando por ellos. Sin embargo, Dios no dejó solo a su pueblo. Cuando estaban temblando de miedo entre el ejército egipcio que los perseguía fieramente, y el mar Rojo que rugía con violencia, Dios dividió el mar Rojo y abrió un camino para ellos. También derribó los muros de Jericó en un instante, que era una fortaleza inexpugnable de pie delante de ellos, justo antes de entrar en Canaán.
Cuando estamos frente a la frustración, y en realidad en cualquier momento, si miramos a Dios, los obstáculos dejan de ser obstáculos. Aun el fiero mar abre un camino, y el obstáculo llega a ser un trampolín a una fe más fuerte.
La frustración les pasa a todos. No obstante, tenemos la luz de la esperanza que es más fuerte que la frustración. Por favor, nunca olvide que el Padre y la Madre celestiales están siempre con usted. Hasta en este mismo momento, Dios dice: “He aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”.
“He aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.” Mt 28:20