Había un agricultor que siempre obtenía el primer lugar cada vez que se realizaba una exposición agrícola.
Siempre entregaba sus mejores semillas a sus vecinos agricultores.
Cuando la gente le preguntaba la razón, respondía con una sonrisa:
“Cuando sopla el viento, el polen se dispersa con el viento. Si mis vecinos agricultores producen cultivos de mala calidad, el viento traerá a mis campos el polen de esas cosechas y bajará la calidad de mis cultivos. Así que la cosecha de mis vecinos es mi cosecha”.