Diferencia invisible

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En los noventas, Anders Ericsson, un psicólogo de renombre mundial, analizó a los estudiantes de una academia de música en Berlín. La investigación se centró en los factores que diferenciaban a los mejores músicos de los buenos o mediocres.

Después de dividir a los estudiantes en tres grupos según el desempeño de sus habilidades, les hizo llenar cuestionarios sobre actividades relacionadas con la música. La mayoría de los estudiantes, independientemente del grupo, comenzaron a tocar el violín a la edad de ocho, y el tiempo empleado en su currículo musical era similar. No había una diferencia significativa estadísticamente.

No obstante, la diferencia en la habilidad de su desempeño estaba en la parte invisible. El grupo de mejores estudiantes pasaba practicando un aproximado de tres horas más que el otro grupo de estudiantes. Practicar deliberadamente durante su tiempo personal hizo una gran diferencia en su habilidad.

La práctica es repetir lo mismo, lo cual es difícil y tedioso. Sin embargo, es el camino más seguro para hacer algo bien en su campo preferido.