La carta de mamá

Hwang Ju-hui, desde Suwon, Corea

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—Mamá, soy yo. ¿Qué está haciendo?

—Uh, estoy haciendo mi tarea.

—¿Qué es?

—Estoy escribiendo tres veces lo que escribí mal en la prueba de dictado.

—Mamá, solo hágalo tres veces. Temo que se agote.

—Bueno, ya lo escribí más de tres veces.

Esta es una conversación que hemos tenido repetidamente por un tiempo cada vez que la llamo.

Mi mamá, que no pudo aprender en una escuela debido a sus difíciles circunstancias familiares, siempre se ha lamentado por no aprender. Sin embargo, recientemente llegó a conocer una clase de Hangul (alfabeto coreano) para adultos iletrados. Hay tres clases a la semana y ella nunca se ha ausentado. Como hizo su tarea aun más de lo asignado, el profesor la elogió y se preocupó al mismo tiempo. El profesor también debe de haberse preocupado por su salud.

Al ver a mi madre tan entusiasmada por aprender, me sentí avergonzada de mí misma por desperdiciar el tiempo en todo.

Un día, le pregunté por qué estaba tan ansiosa por aprender. Ella respondió: “Quiero aprender la ortografía correctamente y enviarles mensajes a ustedes y… bueno, ya sabes”.

Un día festivo, fui a ver a mi mamá con mi esposo. Cuando nos vio, nos dio dos hojas de papel con una mirada tímida.

—Escribí esta carta como tarea de mi clase.

Al comienzo de la carta, se lee: “Para mi yerno y mi nuera”.

—¿Eh? ¿Solo para su yerno y su nuera? ¡Oh, mamá! ¿Su hijo y su hija ocupan el segundo lugar?

Viendo a mi madre sonrojarse, lo dije jugando. Mi esposo, que estaba a mi lado, se regocijaba como un niño, agitando la carta.

—¡Vaya, gracias! He recibido una carta de mi suegra. ¡Ja, ja!

Viendo la carta, pude ver con cuánto esfuerzo había intentado escribir claramente.

Ya que llovió ayer, es un día soleado hoy. ¿Cómo han estado?

Cada vez que pienso en ustedes dos, sobrepongo su rostro en la hoja verde que brilla en la clara y brillante luz del sol. Han pasado once años con Chan-hyeong y diez años con Hyeon-eui desde que los conocí. Cuando estaba enferma, Chang-hyeong lloraba por mí. Cuando decía que la amaba, Hyeon-eui se conmovía. Muchas gracias. Siempre me faltó hacer muchas cosas. No hice nada por ustedes. Pero ustedes siempre me agradecieron y dijeron: “Madre, muchas personas alrededor me envidian por tener una buena suegra. ¡Usted es la mejor! Por favor tenga buena salud.” “Madre, perdón por no servirla bien.” Son unos hijos preciosos para mí. Cada vez que escucho eso, soy muy feliz. Le doy gracias a Dios una y otra vez por enviarlos, mis tesoros, que son inteligentes, hermosos, bondadosos y cariñosos conmigo. Si tuviera un deseo… sería vivir bien y saludablemente, y mantener nuestro amor hasta el final. ¡Los amo!

Con amor, Mamá

Leyendo la carta, pude ver con cuánto entusiasmo la había escrito mamá. Aunque los destinatarios eran su yerno y su nuera, pude ver que incluía a su hija y a su hijo.

Me emocioné, pero fingí hablando en un tono casual.

—¡Vaya, mamá, es rica en emociones! Es triste. Si hubiera aprendido apropiadamente, ahora sería una escritora muy famosa.

—¡Ja, ja, gracias!

Cada vez que quiero ver a mi mamá, veo la carta a la que le tomé una fotografía. A simple vista: “Para mi yerno y mi nuera” parece: “Para mi hija Ju-hui”. Estoy agradecida por el infinito amor de mi mamá, y por otro lado, me siento apenada ante ella al pensar: “¿Alguna vez le he escrito una carta con todo mi corazón?”. ¡De ahora en adelante, me gustaría expresar mi amor por ella aunque soy un poco tímida!