La Calle de la Madre llena de felicidad y emoción
Iglesia de Puerto Elizabeth, Rep. de Sudáfrica
Puerto Elizabeth, situada en el sur de la República de Sudáfrica, es conocido como un centro turístico por su clima templado y hermosas playas. Los miembros de la Iglesia de Dios planearon una actividad de limpieza ambiental para crear una Calle de la Madre que brillaría como una verdadera atracción turística en Puerto Elizabeth.
Durante la preparación de la limpieza, algunos miembros de la iglesia regresaron a su ciudad después de los exámenes de la universidad. Como el número de participantes disminuyó, no era seguro que lleváramos a cabo la limpieza adecuadamente. En la mañana del mismo día, fuimos al lugar designado, preocupados. Y desde cierta distancia pudimos ver a los miembros que habían llegado temprano a la plaza, esperando que comenzara la limpieza. Aunque solo se reunieron trece miembros, los chalecos naranjas que nos pusimos parecían iluminar la plaza. Yo también llevaba una amplia sonrisa en mi rostro que había estado lleno de preocupación al principio.
Al poco tiempo, incluso se reunieron los invitados y comenzamos nuestra limpieza. El área que esperábamos limpiar era la avenida Govan Mbeki, el corazón de Puerto Elizabeth. Es una calle muy transitada y con muchas tiendas, así que encontramos a muchos conocidos durante la limpieza.
Uno de los universitarios, que estudiaba constantemente la Biblia en Sion, se unió a la actividad ese día y un amigo suyo le preguntó por la ventana de su dormitorio qué estaba haciendo. Entonces él presentó la Iglesia de Dios y nuestra limpieza de calles. Probablemente porque se estaba especializando en bienestar social, se veía muy emocionado desde hacía algunos días. Le gustó mucho y dijo: “Hoy, he experimentado la campaña de limpieza ambiental por primera vez en mi vida”.
Cuando estábamos a punto de terminar de limpiar la zona, nos encontramos con una persona con la que perdimos contacto después de que él estudió la palabra de Dios un par de veces. Nos felicitó por pasar nuestro domingo haciendo una obra tan buena en lugar de descansar en casa, e hizo una cita con nosotros para estudiar la palabra de Dios nuevamente, diciendo que quería aprender más acerca de nuestra iglesia. Un ciudadano que estaba pasando se nos acercó y dijo: “Acabo de arrojar mi basura en el suelo, pero me sentí culpable cuando los vi limpiando las calles. Así que la recogí y la traje aquí”. Y la puso en nuestra bolsa de basura.
Todos dimos gracias a Dios por mostrarnos que nuestras buenas acciones estaban conmoviendo a las personas.
En efecto, hay pocas organizaciones voluntarias y actividades en Puerto Elizabeth. Como si esto fuera poco, las calles están comúnmente llenas de desechos debido a que el viento sopla fuerte. Las personas, que estaban familiarizadas con las calles sucias, se conmovieron al vernos limpiar y nos preguntaron a qué organización pertenecíamos. Ellos querían unirse a nosotros. Entre ellos, estaban los que malinterpretaban a nuestra iglesia y hacían pasar a nuestros miembros momentos difíciles.
Esa fue la primera vez que limpiamos la calle, y llovió repentinamente y la basura que habíamos recolectado fue arrastrada por los fuertes vientos. Sin embargo, hicimos nuestro mejor esfuerzo hasta el final y terminamos la limpieza satisfactoriamente.
Ese día, no solamente nosotros sino muchas otras personas de la calle estaban felices y emocionadas por el servicio voluntario. Nos sentimos muy orgullosos con la idea de que había una verdadera Calle de la Madre en Puerto Elizabeth.