
Hay muchos objetos sin orden y mucha información a nuestro alrededor. No obstante, ¿los necesitamos todos? Si pensamos con detenimiento sobre este asunto, podemos darnos cuenta fácilmente de que no los necesitamos todos sino solo unos cuantos. En muchas ocasiones, no podemos encontrar inmediatamente lo que necesitamos. Liz Davenport, una famosa consultora de organización, explica que los trabajadores dedican aproximadamente 150 horas al año solo a la búsqueda de información u objetos necesarios. De hecho, todos pierden mucho tiempo buscando cosas en casa con frecuencia.
Los expertos explican que podemos tener más tiempo para lo que es valioso al ahorrar tiempo en la búsqueda de cosas, y transmiten el conocimiento de cómo organizar cosas e información. En resumen, sus instrucciones se reducen a que “establezca sus prioridades y ponga las cosas y los archivos de uso frecuente a su alcance”, y que “deseche las cosas innecesarias de inmediato en lugar de acumularlas”. En pocas palabras, debemos tomar una buena decisión, ya sea que debamos tirar cosas e informaciones o guardarlas. Parece complejo, pero la mayoría de las personas ya saben lo que deben desechar o conservar. Simplemente les resulta difícil actuar.
¿Sentimos lo mismo con nuestra vida de la fe? Revisemos nuestra lista de prioridades espirituales y averigüemos si hemos guardado lo que necesitamos descartar, y viceversa. Si hacemos un buen uso de la habilidad de la organización, podemos enfocarnos mejor en el objetivo de salvar almas al ahorrar nuestro tiempo dedicado a cosas sin sentido.
- La habilidad de la organización
- Establezca sus prioridades y ponga las cosas y los archivos de uso frecuente a su alcance.
- Deseche las cosas innecesarias de inmediato en lugar de acumularlas.