Charles Chaplin, un famoso actor cómico, solía escribir todas sus líneas en un papel antes de salir a escena, aunque lo había representado en frente del público muchas veces. Incluso después de acostumbrarse a su trabajo en la televisión, cada vez que salía a escena, sentía náuseas como si estuviera mareado. El Primer Ministro Británico Benjamin Disraeli, que dejó muchos dichos sabios, también descargaba sus sufrimientos mentales diciendo que sería mejor ser el comandante de una caballería que hablar delante de las personas.
Estas personas influyentes, que dominaron el mundo en su tiempo, tenían sus propios sufrimientos. ¿Cuál piensa que fue su secreto para vencer las dificultades y alcanzar el éxito? El secreto de su éxito era aprovechar la mayor parte de sus oportunidades en lugar de evitarlas solo pensando que eran difíciles de hacer. Ellos comprendieron que la mejor manera de vencer sus dificultades era acumular experiencias.
Labios vacilantes, una mente temerosa, una vida ocupada…
Todos tenemos nuestras propias dificultades para realizar la misión de la predicación del evangelio. Sin embargo, la mejor manera de vencer las dificultades es lanzarnos a una oportunidad cuando la tenemos, en lugar de dudar pensando que será difícil. Afortunadamente hay una mano que nos ayuda, que nos guía al éxito permitiéndonos esforzarnos mucho ante las oportunidades para el evangelio. Este es el Espíritu Santo de la lluvia tardía que Dios derrama sobre nosotros en esta época.
Tenemos que aprovechar firmemente las oportunidades que Dios nos ha permitido para el evangelio, a fin de recibir las bendiciones reservadas para nosotros en el reino de los cielos.