No importa qué tan bueno sea un producto, si no está bien terminado, su valor cae considerablemente. Lo mismo sucede con la madera para una columna. A fin de establecer una columna firme para soportar el peso de todo el edificio, la madera debe ser dura, larga y fuerte. Sin embargo, ni siquiera la madera que ha crecido derecha, puede ser usada como columna si su tope está retorcido o roto, a pesar de ser de buena calidad.
“Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, […]” Ap. 3:12
A fin de llegar a ser columnas del templo celestial, debemos vencer hasta el final. Aunque solo hayamos estado mirando hacia el futuro y corriendo en el camino de la fe con mucha diligencia, si no logramos soportar hasta el final, nuestra fe será en vano. Es por eso que Dios nos pide ansiosamente que retengamos la corona de la vida que nos ha sido prometida, para que nadie la tome.
Debemos correr el camino de la fe sin desviarnos, venciendo todas las tentaciones, para poder llegar a ser las columnas del glorioso templo del cielo.