En una orquesta de cámara o en un recital de piano, hay una persona que pasa desapercibida al público, a pesar de estar de pie en el escenario en toda la interpretación musical. Se trata del “volteador de página”. Tal como su nombre lo explica, un “volteador de página” es la persona que, durante la interpretación musical, literalmente “voltea las páginas” de la partitura musical para el pianista, a quien le es imposible voltear las páginas por falta de otra mano. Aunque parezca un trabajo simple, no todos pueden ser volteadores de página, ya que para este trabajo se requiere conocimientos profesionales sobre las partituras, además de poder ir al compás del pianista.
El volteador de página, conocido como “el intérprete oculto en el escenario”, desempeña una labor necesaria para una interpretación sin problemas, pero él no debe ser visto. Por eso usualmente se sienta al lado del pianista, y se levanta en el momento en que el pianista lo necesita, volteando la página discretamente, y cuando el pianista saluda a la audiencia después de su interpretación, el volteador de página se levanta silenciosamente y se esconde detrás del piano.
El volteador de página ayuda invisiblemente al pianista, permitiendo que el pianista y la audiencia se concentren en la interpretación. Es igual que nuestro rol en la escena del evangelio. Nuestra misión es ayudar a Dios que trabaja sin descansar por la salvación de nuestras almas, a fin de que las personas se concentren en la verdad y se conmuevan por ella.
Ya que hay especialistas de la verdad que, yendo al compás de Dios, hacen que la escena del evangelio brille, la gloria de Dios es exaltada en el mundo entero.