
El escritor francés Romain Rolland (1866-1944) cayó en una profunda angustia debido a la incertidumbre del futuro y los conflictos literarios en su juventud. Aunque quería pedir un consejo, no tenía a nadie a quien considerara adecuado preguntar. Después de pensarlo mucho, decidió escribir una carta a Tolstói, un gran literato de Rusia, a quien tenía mucho respeto. La posibilidad de que un escritor de fama mundial respondiera a un escritor desconocido, era muy pequeña. Sin embargo, todavía quería sacar esas cosas de su pecho aunque no tuviera respuesta.
No obstante, sucedió algo inesperado. Recibió una carta de respuesta de Tolstói. En su extensa misiva, escribió consejos cálidos y bondadosos, y palabras de aliento como su mentor en el campo de la escritura y en la vida. Esta experiencia tuvo una gran influencia en la vida de Rolland. En particular, su mensaje de que “la verdadera condición de un artista es su amor por la humanidad”, permaneció en el corazón de Rolland. Comenzó su vida como escritor y recibió el Premio Nobel en 1915 por su libro Jean-Christophe, y practicó el humanitarismo a través de muchas obras.
Hacer algo con sinceridad que pueda ser útil para otra persona, nunca es algo pequeño. Puede guiar a alguien que está perdido, sostener a alguien que se tambalea y ayudar a levantarse a alguien que se ha caído.