Cuando hay un sentimiento incómodo en la relación con los demás, hay un río que debemos cruzar para dejar ese sentimiento. Es el río de la reconciliación y el perdón. Si cruza este río a salvo, verá la Aldea Feliz. Si hay advertencias al entrar en la aldea, son palabras que no debe usar mientras cruce el río.
“Es mi culpa, pero…”
“Si eso es lo que piensa…”
“No recuerdo, pero…”
Las conjunciones, subjuntivos o expresiones innecesarios muestran que usted aún no reconoce su error o falta, pese a decir: “Lo siento, perdóneme”, e irritan más al oyente en lugar de hacer que lo perdone. Una disculpa ostensible es mejor cuando no se hace.
Si se disculpa por los errores que cometió y para aclarar los malentendidos, pero su relación no ha mejorado, necesita examinar si ha utilizado o no estos matices de palabras tabú. Es difícil disculparse sinceramente, pero si lo hace, estará en el cielo, porque el cielo se concede solo a quienes reman con los remos de la modestia y logran cruzar el río de la reconciliación y el perdón.
“¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía!” Salmos 133:1