¡Cada día es un día especial!
Cho Yun-ju, desde Uijeongbu, Corea
Fue un martes.
Después de ayudar a mi esposo a prepararse para ir a su trabajo como de costumbre, estaba descansando un momento en mi habitación mientras mis hijos se preparaban para ir a la escuela. Luego, mis dos hijos vinieron a mí juntos de la mano y me hablaron en voz alta al mismo tiempo.
—¡Mamá, gracias por criarnos!
Como dijeron algo tan inusual, tuve curiosidad por lo que había pasado con ellos.
—¿Eh? ¿Qué sucede?
—Es que queremos comprarle algo. ¡Tome esto y cómprese lo que desee!
Entonces me dieron su billete arrugado. Al recibir este dinero de ellos, sentí que su sinceridad tocó mi mano. No era mi cumpleaños, ni mi aniversario de bodas, ni tampoco el Día de los Padres. Era un día normal. Ante su regalo inesperado, me conmoví tanto que estaba a punto de llorar. Mis hijos criados por Dios me parecían muy lindos y encantadores.
Parece que los padres sienten mayor alegría y mayor recompensa por la preocupación y consideración constantes de sus hijos por ellos en su vida diaria más que por recibir algo especial en un día determinado. En realidad, cada día es un día especial dado por Dios. Como los días se repiten una y otra vez, hemos llegado a considerar especial solo un día determinado y a actuar con descuido en la familia en nuestra vida cotidiana. Así que estoy arrepentida de lo que había hecho.
De ahora en adelante, serviré siempre a mi familia con sinceridad y les daré gozo, pensando que cada día es un día especial.