Los alentadores abrieron el corazón de la gente con alegría y emoción

Iglesia de Ciudad del Cabo, Sudáfrica

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Los jóvenes de la iglesia de Ciudad del Cabo participaron como alentadores en la Maratón Península del Cabo. Nuestro deber era distribuir botellas de agua en las fuentes de agua en la línea de partida y la de meta.

Toda la gente africana tiene talentos sobresalientes en baile y canto. Los jóvenes de la iglesia de Ciudad del Cabo no son la excepción. Ya que están llenos de alegría y energía, siempre dicen un lema apasionado y presentan una rutina de baile antes de iniciar un evento o una reunión.

La personalidad activa de los miembros brilló en esta ocasión, al convertirse en alentadores del evento. Se reunieron a las tres de la mañana, pero ninguno se veía cansado, e incluso los jóvenes que tuvieron que permanecer en la iglesia hasta la medianoche anterior, haciendo carteles, estaban llenos de emoción. Todos estaban totalmente preparados para disfrutar de la actividad de alentadores y sus ojos brillaban.

A las cinco de la mañana, los hermanos empezaron a apoyar a los atletas en las fuentes de agua. En otras fuentes de agua, solo repartían botellas de agua, pero el ambiente de las fuentes de agua de las cuales nos encargamos, era completamente diferente. Cada vez que los maratonistas se acercaban, les dábamos ánimo y fuerza con canciones emocionantes y bailes divertidos.

Unos veinte miembros nuevos que se habían unido recientemente al club de la Iglesia de Dios de la Universidad de Ciudad del Cabo (UCT), participaron en esta actividad voluntaria. Parecían sentirse un poco incómodos al principio, pero se fundieron poco a poco en la pasión de los jóvenes de Sion, y hacia el final de la actividad tomaron el micrófono voluntariamente y cantaron canciones. Además del lema, gritaron: “We love you!”.

Los maratonistas también sintieron el fervor de nuestra divertida animación. Incluso después de cruzar la línea de meta, algunos de los maratonistas volvieron a nosotros y nos agradecieron por haberlos animado. Algunos hasta bailaron con nosotros en la línea de meta. Nos sentimos muy felices y emocionados de que los maratonistas recibieran bastante consuelo y fuerza mientras tenían una dura carrera.

Incluso los ciudadanos que pasaban, mostraron interés en nuestra actividad. Nos prestaron atención deseando conocer qué clase de iglesia era la Iglesia de Dios que animaba tan apasionadamente a los maratonistas.

La actividad de servicio voluntario como alentadores tuvo éxito. Creemos que se debió a que todos los hermanos participaron con un solo corazón. Damos sinceras gracias a Dios por abrir ampliamente el corazón de muchas personas. Continuaremos trabajando con más diligencia para mostrar la gloria de Dios.