Un docente universitario de Corea dividió a 16 golfistas en dos grupos, e hizo que los de un grupo hablaran consigo mismos por 10 o 15 semanas: “Relaja tus muñecas y hombros”, “No seas ambicioso” y “Sí, esa es la manera”. Como resultado, la investigación mostró que el diálogo interno no solo es efectivo en aspectos psicológicos como incrementar la atención, la confianza y la diversión, y disminuir la ansiedad, sino también en el rendimiento profesional.
Investigadores del Departamento de Psicología de la Universidad de Illinois también indicaron que es más efectivo hablar consigo mismo como si otros le hablaran. Cuando se sienta animado y apoyado por otros con palabras como “olvídalo”, “soportemos un poco más” y “puedes hacerlo”, será de mucha ayuda. Cuando necesite autocontrol, dígase con firmeza para que haya efecto: “Quiero jugar, pero sé paciente”, “No comas más”, o “No te enojes”.
Lo que se dice a sí mismo afecta sus pensamientos, controla sus emociones e incluso determina sus acciones, porque las palabras son vivas y poderosas.