Nelson Mandela, el expresidente de la República de Sudáfrica, estuvo encarcelado durante mucho tiempo. Estuvo en prisión 27 años desde los 46 hasta los 73 años, aproximadamente un tercio de su vida.
El día que liberaron a Mandela, los reporteros lo esperaban frente a la prisión. Para su sorpresa, Mandela, con más de 70 años estaba saludable y radiante. Uno de los reporteros le preguntó:
“Por lo general, las personas pierden la salud aunque hayan pasado solo 5 años en prisión, ¿pero cómo manejó usted su salud durante 27 años en prisión?”
Mandela respondió con una sonrisa:
“Disfrutaba mi tiempo. Cuando hacía trabajos duros, disfrutaba mi tiempo con la idea de que salía a la naturaleza. Daba gracias, mirando el cielo azul arriba y observando la hierba verde abajo. Otros prisioneros se ataban a su frustración y enojo, pero yo vaciaba toda mi ira y practicaba el perdón. Daba gracias en todo momento. Daba gracias por mi comida y bebida, e incluso cuando me veía obligado a hacer trabajos forzados. Entonces me envolvía toda la felicidad del mundo.”
Mandela optó por dar gracias, en lugar de quejarse, incluso mientras vivía en la cárcel injustamente. Más tarde, recibió el Premio Nobel de la Paz y fue elegido como el primer presidente negro de la República de Sudáfrica.