El regalo de Dios para mi corazón poco entendido

Kim Yun-ah, desde Seongnam, Corea

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Últimamente no tenía mucho tiempo como antes para predicar el evangelio por muchos motivos. Sabía que servir en Sion y todo lo que hacemos para Dios nos da muchas bendiciones, pero estaba ansiosa por predicar la palabra y llevar frutos.

Un día, pude hacer algo de tiempo y salí a predicar la verdad con una hermana. Me emocionaba la idea de sembrar las semillas del evangelio diligentemente, aunque no tuviéramos mucho tiempo. Sin embargo, sentía un poco de duda cada vez que veía a alguien predicar, porque no había predicado en mucho tiempo. Sin mencionar predicar escucharan o no la palabra, solo buscaba a alguien que escuchara la palabra.

Entonces vi a una joven que tenía el cabello teñido de rojo y llevaba unos aretes de cruces. Sin pensarlo mucho, juzgué: “Ella no va a escuchar”.

Sin embargo, mi compañera de predicación era diferente. Antes de darme cuenta, la hermana ya estaba caminando hacia ella y empezó a mostrarle la imagen de La última cena y a explicarle. “¿ Quiere decir que mis pecados son perdonados si como el pan y bebo el vino de la Pascua?” Contrariamente a lo que yo había pensado, la joven mostró un gran interés en la palabra. Después de escuchar la gran bendición de Dios contenida en la Pascua, nos hizo varias preguntas. Ella concertó una cita para encontrarse con nosotras nuevamente; todo el tiempo estuve tan emocionada que no podía decir si estaba soñando o no.

El día que ella prometió venir, fue a Sion y continuó estudiando la Biblia. El estudio continuó, pues ella tenía muchas preguntas. Después de estudiar la palabra con todo detalle, finalmente recibió la verdad y renació inmediatamente.

El día siguiente, que era el Día de Reposo, la hermana vino a Sion pese a que había visto materiales difamatorios sobre nuestra iglesia. Ella dijo que reconfortó a su familia que estaba preocupada, diciéndoles: “Haré una investigación cuidadosa, así que no se preocupen por mí”.

La hermana, que tenía un carácter fuerte, estaba interesada en el mundo espiritual más que cualquier cosa. Confirmando a través de la Biblia de dónde somos, por qué nacimos en esta tierra y a dónde iremos, grabó estas palabras en lo profundo de su corazón.

Cuando me uní al estudio y escuché las palabras junto con ella, también me conmoví. Me di cuenta una vez más de cuán grave fue el pecado que cometí cuando estaba en el cielo, además recordé que el Padre y la Madre celestiales vinieron del cielo a esta tierra porque nos aman mucho.

No era la primera vez que me sentía así. Aunque he estado en Sion por mucho tiempo, no fue sino hasta que fui estudiante de secundaria que mi fe comenzó a crecer. Dios me permitió llevar fruto y mi fe creció al escuchar la palabra cada vez que ella estudiaba la Biblia.

Sin embargo, con el paso del tiempo, mi gratitud al Padre y a la Madre por su amor, sacrificio y salvación disminuyó, pero Dios me permitió comprender esto a través de la hermana. La hermana fue un precioso regalo que Dios me dio para despertar mi corazón poco entendido.

La hermana, que se convenció de la verdad, ahora está tratando de guiar a su familia a la verdad. Oro para que crezca como una hermosa protagonista de la profecía de Salmos 110:3 de que Dios recibirá al rocío de su juventud que se ofrecerá voluntariamente. Yo también haré mi mejor esfuerzo por predicar la palabra a tiempo y fuera de tiempo, de modo que mi fe no se enfríe.