Órganos sensoriales humanos optimizados para la supervivencia

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Superman, nuestro superhéroe de una película que vimos cuando éramos pequeños, tiene un poder sobrehumano. No solo puede volar libremente en el cielo, sino que también tiene el poder de levantar un automóvil con una mano, una vista excelente para observar objetos lejanos, y la habilidad de escuchar incluso sonidos leves a una gran distancia. Estos son los poderes que los humanos no pueden tener. Por esta razón, Superman es un objeto de envidia para los niños. Entonces, ¿qué pasaría si tuviéramos poderes especiales como Superman?

Respuesta apropiada ante los estímulos externos

Los hombres aceptan varias señales e información provenientes del medio ambiente a través de los órganos sensoriales. Después, el cerebro los analiza exhaustivamente y responde al estímulo dando comandos apropiados a los músculos, que son el órgano motor. Eso se denomina “estímulo y reacción”. No solamente los hombres, sino todos los seres vivos poseen dicho sistema.

Si no podemos responder apropiadamente a los peligros externos, podríamos perder la vida. Si no hay un sistema de respuesta al estímulo, ni los hombres ni otras criaturas pueden sobrevivir. Como un ejemplo extremo, si no sintiera dolor después de ser herido de gravedad, enfrentaría una situación más peligrosa. En particular, la capacidad de los hombres para aceptar los estímulos está optimizada para su supervivencia.

El cuerpo humano tiene cinco órganos sensoriales: los ojos que reciben la luz (órgano visual), los oídos que sienten vibraciones como el sonido (órgano auditivo), la nariz que siente químicos gaseosos (órgano olfativo), la lengua que distingue químicos líquidos (órgano gustativo), y la piel que siente la presión, el dolor, el calor y el frío (órgano táctil).

Estos órganos sensoriales tienen ciertas características. No podemos sentir el peso del polvo, pero sí el peso de un libro. El nivel mínimo de estimulación que se requiere para causar que un órgano sensorial muestre respuesta, se llama umbral. El umbral difiere dependiendo de los órganos o las células sensoriales. Si los mismos estímulos continúan sobre el umbral, el cuerpo ya no podrá aceptar el estímulo. Eso se denomina adaptación sensorial, que es la razón por la cual no puede seguir oliendo un olor fuerte después de cierto tiempo, a pesar de estar expuesto a él. Si continúa dando un estímulo del mismo tamaño a sus órganos sensoriales, no sentirá nada hasta que reciba un estímulo mayor.

Órganos sensoriales inteligentes que aceptan solo lo necesario

1. Vista, olfato y gusto

¿Es todo bueno en cuanto a tener grandes habilidades sensoriales como Superman? Los ojos, que son la parte del cuerpo a cargo de la vista, solo aceptan la luz visible con una longitud de onda entre 380 y 780 nm. Además, nuestros ojos solo pueden ver hasta ciertos tamaños. ¿Y si pudiéramos aceptar a ojo desnudo luz infrarroja, luz ultravioleta u ondas electromagnéticas, y ver incluso objetos microscópicos que solo se pueden observar a través de un microscopio? Si pudiéramos ver incluso esas innumerables ondas electromagnéticas invisibles, ¿cómo podríamos manejar esa enorme cantidad de señales e información? No podríamos comer apropiadamente debido a todos los microorganismos, y tendríamos muchos inconvenientes en nuestra vida cotidiana. Ciertamente habría una insoportable y gran confusión.

La nariz, que está a cargo del sentido olfativo, siente los químicos gaseosos que a menudo se conocen como olores. Dado que las moléculas de gas son casi invisibles a los ojos, es fundamental que nuestro cuerpo sienta qué clase de moléculas de gas son. Si nuestro cuerpo inhala un gas nocivo, podría estar en peligro, así que necesita ser susceptible incluso a las pequeñas alteraciones del gas. Por ello, la nariz es muy sensible a cambios minúsculos en las moléculas de gas.

Como se explicó anteriormente, el sentido olfativo, que es el más sensible, puede entumecerse fácilmente cuando es expuesto a cierto olor por un largo período. Como resultado, nuestro cerebro no tiene que seguir estresado por un olor desagradable. Las características olfativas también son esenciales para nuestra subsistencia.

La lengua, que es responsable del paladar, siente los químicos en estado líquido. Existen cuatro tipos de sensaciones gustativas que la lengua puede detectar: dulce, ácido, salado y amargo. Con la combinación de estos estados y la ayuda del sentido olfativo, podemos sentir varios sabores. Entre ellos, especialmente en cuanto al sabor amargo, su umbral es tan bajo que nos hace más sensibles a ese sabor. Esto se debe a que las sustancias que dañan al cuerpo usualmente tienen un sabor amargo.

2. Tacto y oído

La piel, que está encargada del sentido táctil, tiene cuatro tipos de puntos sensoriales que sienten la presión, el calor, el frío y el dolor. Ya que estos puntos sensoriales están distribuidos equitativamente en la piel, podemos entender el entorno en el que estamos con precisión. ¿En qué estado caería nuestro cuerpo si no sintiéramos dolor, calor ni frío? Imagínenlo. Podemos decir que tenemos un sistema optimizado que se adapta al medio ambiente de distintas formas y lo maneja apropiadamente.

Helen Keller, que perdió la vista y el oído, dijo: “La ceguera separa a la gente de las cosas; la sordera separa a las personas de las personas”. Mucha gente piensa que ver es más importante que oír, pero se dice que la discapacidad auditiva reduce la calidad de felicidad más que la discapacidad visual. Esto significa que oír es más importante de lo que pensamos.

Los oídos, que están a cargo de escuchar, solo pueden percibir sonidos en un rango de 20 a 20 000 Hz, llamado frecuencias audibles. El ruido de arañar una pizarra suena espeluznante, porque es un sonido de alta frecuencia entre estas frecuencias audibles. Por el contrario, las voces de las personas se ubican en el rango audible que puede ser oído usando el mínimo de energía. Los sonidos sobre 20 000 Hz que no pueden ser percibidos por los oídos humanos, se denominan ultrasonidos. Si pudiéramos oírlos, tendríamos que escuchar incluso el sonido que hacen los murciélagos o los delfines. Ser capaz de escuchar todos los sonidos no es necesariamente bueno.

El sentido del balance, que no pertenece a los cinco sentidos, pero que está encargado del balance del cuerpo, está en los oídos, encargados de oír. Y nos dice la inclinación, ubicación, velocidad, rotación del cuerpo, etc. Por tanto, podemos saber si nuestros cuerpos están acostados o de pie, o a qué velocidad nos movemos, incluso sin mirar.

Es absolutamente necesario para la supervivencia conocer exactamente el estado de nuestro cuerpo, así como el entorno que nos rodea, porque eso nos permite crear la respuesta más apropiada y tomar medidas. Las habilidades sensoriales humanas solo aceptan señales del rango que es más necesario para la supervivencia, a pesar de que hay muchas señales e información, y no se aceptan otras señales.

En la película Superman, podemos ver cómo el superhéroe esconde voluntariamente sus habilidades especiales para poder vivir con las personas. Si pensamos en ello, observamos que las habilidades sensoriales humanas están diseñadas adecuadamente para vivir. Si pudieran ver lo que es invisible para otros y escuchar lo que es inaudible para los demás, no podrían llevar una vida normal debido a todo el estrés. Los humanos tienen las habilidades sensoriales más apropiadas, que no son insuficientes ni excesivas. ¿Cómo se nos dieron estas habilidades?