Así como nadie puede detener el paso del tiempo, tampoco nadie puede detener el envejecimiento. Así es la vida. A fin de esconder los signos del envejecimiento, las personas se tiñen el cabello o se aplican inyecciones faciales de botox. Tal vez nadie aceptaría gratamente su envejecimiento.
Sin embargo, había alguien que deseaba envejecer. Charlotte Kitley, madre de dos niños y ama de casa ordinaria del Reino Unido, fue diagnosticada con cáncer al colon en fase 4, y comprendió plenamente lo grato que era despertar a sus hijos cada mañana, acariciarlos y besarlos. Tenía muchas cosas que hacer: bebía café preparado por su esposo cada mañana, trenzaba el cabello de su hija y encontraba los juguetes que su hijo perdía con frecuencia. Pero el tiempo concedido a ella era tan poco que solo le preocupaba su tiempo de vida limitado. Soportando veinticinco sesiones de radioterapia y treinta y nueve sesiones de quimioterapia, intentó sobrevivir pero no pudo alejar a la muerte. Ella dejó su mensaje final en su blog antes de morir a la edad de treinta y seis años.
“Me hubiera encantado tener una cintura más ancha. ¿Canas? Quisiera tenerlas también. Aceptaré todo lo que me indique que estoy envejeciendo, porque significa que he sobrevivido solo un poco más. Deseo envejecer. Por favor, disfruten la vida. Tómenla con ambas manos. ¡Los envidio!”