La armonía supera las dificultades
Gwon Mi-suk, desde Seúl, Corea

La COVID-19, que arrasó el mundo, ha traído muchos cambios en nuestra vida diaria. A medida que aprendemos sobre higiene personal y distanciamiento social a través de los informativos de televisión, periódicos, mensajes de notificación de desastres, etc., el tiempo que permanecemos en casa es cada vez mayor.
Como nunca nos habíamos quedado en casa por tantos días, al principio me preocupaba cómo pasar el tiempo juntos. Además, no era una tarea fácil poner la mesa tres veces al día para mis hijos, que pasaban unas vacaciones de invierno muy largas. Un día, mi hijo menor dijo durante una comida.
“Mamá, ahora que lo pienso, las tareas del hogar no son difíciles, pero sí un poco molestas.”
Entonces me pidió que no hiciera las tareas del hogar sola, sino que las compartiera, y decidiera lo que cada uno haría jugando piedra, papel o tijeras. Como mis hijos me habían ayudado con las tareas del hogar, traté de que no trabajaran por mí, ya que tengo tiempo libre en estos días. Pero como se ofrecieron como voluntarios, no tuve ninguna razón para negarme.
Así que dividimos los roles jugando piedra, papel o tijeras. Yo me encargaba de preparar las guarniciones y la limpieza, mi hijo mayor se encargaba de lavar la ropa, y mi hijo menor era responsable de cocinar el arroz y lavar los platos. Afortunadamente, los trabajos de los que estaban a cargo mis hijos eran los que normalmente les resultaban fáciles de hacer. Como dijo mi hijo menor, las tareas del hogar eran un poco más molestas que difíciles. Ahora se han vuelto mucho más fáciles de hacer cuando las dividimos. Agradezco a mis hijos, que son considerados conmigo, y llegué a reír más a menudo gracias a ellos. Incluso mi esposo se ha unido a nosotros y me ayuda a preparar la cena cada vez que llega temprano a casa, por lo que la mesa está preparada más rápido.
Mientras todos atraviesan momentos difíciles debido a la COVID-19, la armonía familiar nos anima mucho. Oramos para poder volver pronto a nuestra vida cotidiana normal, practicando aún más el amor familiar.