Un hombre tenía que irse al extranjero por un viaje de negocios. A él le preocupaba su esposa, que tenía que cuidar a sus cinco hijos sola durante unos meses sin él. Entonces pensó en cómo aliviar la carga de su esposa, y finalmente encontró una forma.
“Papá dará un gran regalo a quien escuche mejor a su madre mientras yo no esté.”
Los niños aplaudieron ante las palabras de papá. Unos meses más tarde, el hombre regresó de su viaje de negocios y preguntó a su esposa a cuál de los cinco hijos debía dar el regalo. Entonces su esposa dijo:
“El primero soportó bien incluso en dificultades, cuidando a sus hermanos y hermanas menores y cediendo ante ellos. Estuve agradecida con el segundo, porque hizo su trabajo por sí mismo, aunque no se lo pedía. El tercero me ayudó a hacer las tareas del hogar y fue de gran ayuda para mí. El cuarto estudió mucho y ganó un premio de honor en la escuela. Y el menor me complació con canciones y lindos bailes. Así que, los cinco se lo merecen.”
El hombre entregó a los cinco niños los cincos regalos que había preparado. Todos los hijos, sin excepción, recibieron elogios y regalos de su madre y su padre y compartieron felicidad y placer equitativamente.