
¿Qué haría si recibiera dumplings en lugar del filete de hamburguesa que ordenó? ¿Y si el postre llega antes que el plato principal? Podría preguntarse a quién le gustaría visitar dicho restaurante, pero sus comensales manifiestan que les encantaría volver a visitarlo.
Esta es la historia de un restaurante que abrió por dos días en Tokio, Japón, en junio de 2017, a fin de concienciar sobre los pacientes con demencia, ante la sugerencia de un productor de una compañía de radiodifusión. El restaurante, donde los ancianos con demencia recibían pedidos y servían la comida, colocó un aviso: “Podría no obtener los platos que ordenó”. Probablemente debido a esto, los comensales no se veían para nada irritados ni molestos pese a que la comida no era la que habían ordenado. En cambio, comprendieron y aceptaron generosamente sus errores. Incluso los ancianos con demencia se complacieron al pensar que ellos también podían hacer algo por los demás como miembros de la sociedad.
¡Un corazón que acepta a los demás como son y tolera sus pequeños errores! Si tratamos con ese corazón a las personas que nos rodean, no enrojeceremos de ira y todos estaremos felices.