El camino de flores en Camboya

Park Yeon-wu, desde Seongnam, Corea

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Durante las vacaciones, fui a Camboya como miembro de ASEZ, el Grupo de Universitarios Voluntarios de la Iglesia de Dios Sociedad Misionera Mundial. El servicio voluntario que mi equipo debía hacer era pintar murales. Al principio, estábamos un poco confundidos porque esperábamos dar ayuda práctica, como donar útiles escolares a los estudiantes locales y limpiar las calles. Pero hacer que el ambiente de vida fuera hermoso era tan importante como recoger la basura en las calles porque era para limpiar el corazón de los ciudadanos, los dueños de la calle.

Un problema fue que ninguno de nosotros había pintado murales antes; no sabíamos qué hacer. Entonces, algunos miembros que eran buenos para pintar hicieron un boceto y luego los otros miembros agregaron detalles.

El día del servicio voluntario, nos levantamos al amanecer e hicimos un boceto. Antes de colorear la pared, limpiamos el área circundante con los miembros locales. Con solo deshacerse de los viejos folletos y limpiar la pared, la calle se veía diferente.

Imaginando lo bien que se vería la calle cuando se pintara, comenzamos a pintar la pared en tonos pastel a lo largo del boceto. Pintamos los pétalos y las hojas con el color que cada uno de nosotros había recibido.

Cuando alguien trazaba líneas equivocadas por error o coloreaba en el lugar equivocado, lo corregíamos juntos. Como era la temporada de lluvias, hacía mucho calor y llovía. Podría ser agotador, pero nos ayudamos unos a otros con una sonrisa y terminamos el trabajo.

Cuando terminamos de pintar, la calle quedó reluciente. No solo nosotros sentimos la diferencia; mucha gente se detuvo a mirar la pintura mural. Algunos incluso se sentaron y la contemplaron de cerca. Los niños del barrio iban por la pared con ojos curiosos. La emisora local nos entrevistó sobre nuestro servicio voluntario.

Estábamos agradecidos de que nuestro pequeño acto de servicio pudiera dar paz y felicidad a las personas. El servicio voluntario es un acto para otros, pero la felicidad vuelve a nosotros. El servicio voluntario parece estar lejos de la realidad, pero es la ayuda más práctica.

Los coreanos dicen: “Caminemos solo en el camino de flores”, cuando expresan su esperanza por las cosas buenas. La felicidad de hacer el camino de flores no solo para uno mismo sino para todos, es un privilegio para quienes lo han practicado.