En abril de 2020, se presentó un reporte en una estación de policía en Tongyeong, Corea. Desde hacía algún tiempo se venía colgando regularmente un billete doblado y una bolsa de plástico con bocadillos en la manija de la puerta del automóvil de un reportero. Cuando la policía revisó la cámara de vigilancia, la persona que hacía esto era una mujer de 86 años con demencia. ¿Por qué dejaba dinero y bocadillos en el automóvil de otra persona, aunque era difícil para ella movilizarse?
Cuenta la historia que su hijo vivió una vez cerca de su casa. El automóvil de su hijo era del mismo color que el del reportero, rojo. Como recordaba el color del automóvil de su hijo aun con la demencia que padecía, confundió el automóvil del reportero con el de su hijo y dejaba dinero y bocadillos allí.
Las personas a su alrededor agregaron que ella siempre se sintió culpable por su hijo, que no pudo estudiar lo suficiente debido a las difíciles circunstancias familiares. Probablemente hacía esto porque deseaba expresarle perdón y amor a su hijo guardados en su corazón por mucho tiempo. Parece que el corazón de una madre hacia su hijo solo tiene un principio y no un final.