Ahn Chang-ho (1878-1938), un activista de la independencia de Corea y educador, fue a los Estados Unidos con su esposa justo después de casarse. Fue debido a su creencia de que la forma de desarrollar el poder nacional era aprendiendo una nueva cultura, ampliar horizontes y cultivar personas con talento.
Recogía naranjas con sus compatriotas durante el día y estudiaba inglés por la noche en Riverside, California. Un día, sintió una urgente necesidad de mejorar la impresión de los coreanos cuando vio que eran discriminados y despreciados. Así que siempre se vestía prolijamente y pedía a sus compatriotas que siempre trabajaran con diligencia y sinceridad. También enfatizaba la importancia de la honestidad. Cuando se enteró de que los estadounidenses se mostraban reacios a alquilar sus casas a los coreanos porque las mantenían sucias, visitó cada casa de los coreanos para limpiarla, colgar cortinas y sembrar flores.
Ahn Chang-ho no descuidó ni siquiera las cosas pequeñas para su país. Sus constantes esfuerzos se convirtieron en un ejemplo para muchos compatriotas y les recordaron la forma de amar a su país.
“Recoger una naranja con mucho cuidado es una forma de amar a su país. Esto puede cambiar la impresión de los agricultores sobre los coreanos y hasta la percepción de los estadounidenses sobre Corea. ¡Está haciendo un gran trabajo por el bien de su país!” Ahn Chang-ho