Un concurso de talentos se realizó al final del año, en un jardín infantil en Florida, EE. UU. Los niños se sentaron juntos en el escenario y presentaron a sus padres las canciones y danzas que habían practicado, pero una niña rubia estaba haciendo algo totalmente diferente. Giraba sus dedos en círculo y los ponía alrededor de sus ojos, y agitaba los brazos mientras movía su cuerpo a la izquierda y a la derecha.
Desde el inicio hasta el final de la canción, no paraba de moverse, y no seguía lo que los otros niños hacían, así que el resto de los niños la miraban extraño. La niña que no dejaba de hacer sus propios movimientos, mirando a un solo lugar, se llamaba Claire Cork y tenía cinco años.
La razón por la que Cork hacía movimientos diferentes eran sus padres que estaban en el auditorio. Ya que sus padres eran sordos, expresaba la canción con señas, de modo que sus padres pudieran entender la letra. La presentación de la niñita, que fue considerada con sus amorosos padres, fue más bella y conmovedora que las demás presentaciones.