Un viaje a la tierra santa, Jerusalén celestial, p or la paz verdadera

Todos los cristianos, al menos una vez han soñado con viajar a tierra santa. Belén, donde Jesús nació, Nazaret, donde creció, el mar de Galilea, donde se encontró con sus discípulos y predicaron el evangelio… Volver atrás dos mil años, y ver por dónde caminó Jesús, sería la felicidad más grande en la vida de una persona, y no podría compararse con nada. Los cristianos hacen el viaje a tierra santa conmovidos y alegres, sin dudar en soportar la larga distancia, los gastos y la inconveniencia de esperar en fila entre muchos otros peregrinos, tan solo para tener una experiencia monumental y espiritual.
La tierra santa que no puede ser excluida es Jerusalén. Jerusalén, incluyendo la Vía Dolorosa, el camino que Jesús tomó cargando la cruz hacia el Gólgota, es la viva escena del evangelio donde permanecen intactas las pisadas de Jesús. Esta pequeña ciudad, que está rodeada de montes, es llamada la tierra más sagrada del mundo, y recibe peregrinos los 365 días del año.
La historia de Jerusalén
La gente anhela tener paz en su mente, mirando los lugares santos de Jerusalén, llamada “ciudad de paz”. Sin embargo, al investigar la historia de Jerusalén, hallamos que es un lugar que está muy lejos de la paz. Allí ha habido más derramamiento de sangre que en otro lugar, debido a los interminables conflictos religiosos. Aldous Huxley, crítico inglés, describió la ciudad como “la casa de masacre de las religiones”.
Jerusalén es la tierra santa no solo para los cristianos sino también para los musulmanes. Allí se encuentra la Cúpula de la Roca, que es conocida por ser el lugar donde Mahoma ascendió en caballos, según la leyenda. Para los musulmanes, es el tercer lugar más santo después de la Meca y Medina. De la misma manera, Jerusalén es el lugar más importante para los judíos porque el templo de Dios estaba ubicado allí.
Como tres diferentes religiones y dos diferentes pueblos (israelitas y palestinos) insisten en ser propietarios de Jerusalén, esta permanece como la ciudad representativa de los conflictos para la sociedad internacional. Sin embargo, la santa imagen de Jerusalén no ha declinado. En realidad, se fortalece con el tiempo.
La historia de Jerusalén comienza en los tiempos de Abraham. Los descendientes de Abraham fueron escogidos por el cielo y se establecieron en Canaán (Israel). Como Dios había profetizado, permanecieron en Egipto como “extranjeros”, pero volvieron a la tierra prometida. Al construirse el templo y la fortaleza en los tiempos de David y Salomón, Jerusalén gozó de la mayor prosperidad. Sin embargo, no mucho tiempo después, Israel fue dividida en dos (Israel al norte y Judá al sur), y fueron destruidos por Asiria y Babilonia.
Sin embargo, el Imperio Persa que conquistó Babilonia, liberó a los judíos y los envió de regreso a su tierra natal. Los judíos que volvieron a su tierra natal, fueron invadidos por el Imperio Griego que conquistó a Persia. Y luego fueron controlados por el Imperio Romano, que conquistó al mundo. Fue entonces cuando apareció Jesús y nació el cristianismo.
Los judíos no reconocieron al Mesías a quien habían estado esperando ansiosamente. Al final, entregaron a Jesús para ser crucificado, juzgándolo por blasfemia, diciendo que siendo hombre se hacía Dios, y gritaron sin dudar: “Su sangre sea sobre nosotros, y sobre nuestros hijos” (Mt. 27:25). La paga de sus pecados fue la miseria. Como Jesús profetizó: “No quedará piedra sobre piedra, que no sea derribada” (Mr. 13:2), Jerusalén fue enteramente destruida por el ejército romano en el año 70 d. C.
Sin embargo, después que el emperador romano Constantino oficialmente reconociera el cristianismo, mejoró la situación de Jerusalén, donde Jesús vivió su vida del evangelio. Varios cristianos consideraron a Jerusalén como el principal lugar de peregrinación, pero esto no duró mucho tiempo. El Imperio Musulmán conquistó la mayor parte de los territorios de Medio Oriente con gran fuerza militar y avance de su civilización, y Jerusalén fue quitada a los cristianos por los musulmanes.
En la Edad Media, las naciones cristianas de Europa se reunieron y emprendieron las Cruzadas varias veces para recuperar la tierra santa de mano de los paganos. Aunque decían pelear en el nombre de Dios, las Cruzadas duraron cerca de 200 años debido a sus deseos mundanos, y terminaron dejando a Jerusalén teñida de mucha sangre sin ningún perdedor o ganador.
Atravesando un violento período de colisión entre dos religiones, los judíos influyentes en Europa iniciaron el Sionismo1 desde finales del siglo xix hasta el siglo xx. Después de terminar la Segunda Guerra Mundial, los judíos finalmente restablecieron Israel en el año 1948, 1900 años después de que Jerusalén fuera destruida. Mediante la Independencia y la primera Guerra de los Seis Días, Israel ocupó Jerusalén occidental, y al obtener la gran victoria en la Guerra de los Seis Días en 1967, incluso ocuparon la región occidental del río Jordán incluyendo Jerusalén oriental. De esa manera ocuparon Jerusalén, ciudad que habían estado añorando por mucho tiempo.
1. Sionismo: movimiento político internacional que propugnó desde sus inicios el restablecimiento de una patria para el pueblo judío en la tierra de Israel.
Actualmente, Jerusalén está dividida en dos, oriente y occidente, de acuerdo a la situación residencial de los árabes y judíos. La antigua ciudad de Jerusalén, que es llamada el centro de la tierra santa, está dividida en cuatro partes: judía, armenia, cristiana y musulmana. Los encargados de esas iglesias las abren en el tiempo de culto de cada religión. Ellos adoran a un dios diferente en diferentes idiomas. La escena de esta santa ciudad muy de mañana, dice mucho de la complicada historia de Jerusalén.
Jerusalén, la tierra de la salvación
Jerusalén no es tan solo la tierra santa. La Biblia dice que este es el lugar donde podemos encontrar refugio cuando venga algún desastre, donde nuestra salvación es completa, y donde nuestras almas pueden ser verdaderamente consoladas.
“Y acontecerá que el que quedare en Sion, y el que fuere dejado en Jerusalén, será llamado santo; todos los que en Jerusalén estén registrados entre los vivientes,” Is. 4:3
“[…] tus ojos verán a Jerusalén, morada de quietud, […] al pueblo que more en ella le será perdonada la iniquidad.” Is. 33:20-24
“Alegraos con Jerusalén, […] en Jerusalén tomaréis consuelo.” Is. 66:10-14
En 1999, cuando todo el mundo hablaba del error del milenio (Y2K), un increíble número de personas se congregaron en Jerusalén. Los hoteles en Jerusalén estaban repletos de personas que escogieron Jerusalén como refugio, creyendo que sería el lugar más seguro en caso de que algo sucediera en la tierra.
Con el paso de los años, los que anhelaban la salvación pusieron sus ojos en Jerusalén. Viendo los grandes incidentes que sucedían alrededor de Jerusalén, se preparaban creyendo que el reino de los cielos se había acercado.
Ciertas denominaciones, prestando atención a las profecías, todos los días calentaban leche y ensillaban un asno para estar listos para servir a Dios cuando viniera en cualquier momento. Incluso un adinerado conde europeo que pertenecía a la nobleza, construyó una mansión para alojar a los 144 mil santos mencionados en el libro de Apocalipsis.
Los que no recibieron a Dios mientras vivían en la tierra, esperaban ser salvos después de la muerte. Ellos consideraban a la tierra santa de Jerusalén como el lugar desde donde Dios llevaría primero las almas al venir como el Último Juez.
Los interiores y exteriores de la ciudad de Jerusalén han sido cubiertos con la escena de muertos que esperan la resurrección. Es muy fácil encontrar tumbas que están al pie de las montañas y también en las áreas residenciales. Herman Melville, un novelista estadounidense, hizo un comentario sarcástico sobre la ciudad de Jerusalén que está llena de cementerios. Él describió a Jerusalén como “la ciudad rodeada por el ejército de la muerte”, refiriéndose a la profecía que Jesús dijo: “Jerusalén será rodeada de ejércitos”.
No solo son las tumbas las que hacen que Jerusalén sea desolada y belicosa. Ya que aún no se puede librar de los conflictos entre naciones y disputas por las diferencias religiosas, las calles están cubiertas de soldados armados, y usualmente el noticiero reporta los disturbios y actividades terroristas que suceden allí cada día. No obstante, Jerusalén es todavía uno de los destinos en el viaje a tierra santa.
El escritor jerosolimitano Amos Oz, dijo: “Me pregunto: ¿Realmente alguien podría sentirse en casa estando en Jerusalén, aunque viva aquí un siglo?” Esta pregunta sería para los peregrinos que vienen de todo el mundo y se amontonan en Jerusalén. ¿Sus almas verdaderamente han sido consoladas en esa ciudad llamada “la ciudad de paz”, donde la paz ha desaparecido hace muchos años?
La Jerusalén celestial es nuestra Madre
Jerusalén es una ciudad santa y especial. Definitivamente es verdad que este lugar no puede separarse de nuestra salvación. Sin embargo, la Jerusalén que las personas deben buscar y morar, no es la Jerusalén de Palestina, el centro de los conflictos, donde la atmósfera varía dependiendo de la situación política. Es imposible que nuestro Dios, que es justo, escoja cierto país como un lugar de salvación y voltee su rostro a innumerables personas que no pueden costear ir hasta allá aunque anhelen mucho recibir la salvación.
La Jerusalén que el profeta Isaías vio en la visión, no es una tierra o una ciudad, sino un ser espiritual. La Biblia describe a Jerusalén como la Esposa del Cordero, esto es, la Esposa de Dios Padre.
“Vino entonces a mí uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete plagas postreras, y habló conmigo, diciendo: Ven acá, yo te mostraré la desposada, la esposa del Cordero. Y me llevó en el Espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la gran ciudad santa de Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios,” Ap. 21:9-10
Para morar en Jerusalén, la morada de la salvación, debemos conocer la realidad exacta de Jerusalén. La ciudad santa de Jerusalén que desciende del cielo es la Madre de nuestros espíritus, Dios Madre.
“Mas la Jerusalén de arriba, la cual es madre de todos nosotros, es libre.” Gá. 4:26
Como estaba profetizado, la salvación en esta época será completada por la fe creyendo en la Jerusalén celestial, Dios Madre. La salvación puede ser completada al conocer a Dios Madre y tener una fe completa en Ella, y nuestras almas serán verdaderamente consoladas por Ella.
“Alegraos con Jerusalén, y gozaos con ella, todos los que la amáis; llenaos con ella de gozo, todos los que os enlutáis por ella […]. Como aquel a quien consuela su madre, así os consolaré yo a vosotros, y en Jerusalén tomaréis consuelo.” Is. 66:10-14
Los que han confirmado la existencia de la Madre Jerusalén celestial a través de las profecías, sueñan con encontrarse con Ella, que mora en esta tierra en la carne, y viajan a la tierra santa. La nueva tierra santa es Corea, donde mora la Madre Jerusalén celestial.
A Jerusalén, la Jerusalén celestial
“Acontecerá en los postreros tiempos que el monte de la casa de Jehová será establecido por cabecera de montes, y más alto que los collados, y correrán a él los pueblos. Vendrán muchas naciones, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, y a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará en sus caminos, y andaremos por sus veredas; porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová.” Mi. 4:1-2
Nadie puede detener las profecías de la Biblia. Cada año, más de mil peregrinos visitan Corea, la tierra santa, para aprender la verdad y recibir el agua de la vida que sale de Jerusalén. Después de encontrarse con la Madre, a quien han añorado incluso en sueños, todos ellos comparten sus emociones.

“Cuando fui a la iglesia por primera vez, y escuché a los miembros de la iglesia agradeciendo al Padre y a la Madre, me pregunté: ‘¿Quién es esta Madre?’ No tenía ninguna duda sobre la verdad que me habían enseñado, por eso estaba tranquilo esperando la explicación. Y pronto me dieron la respuesta.
Tras aprender que también existía el sistema familiar tanto en el cielo como en la tierra, todas mis emociones aumentaron. Comencé a reírme incontrolablemente como un niño, sintiendo alegría desde lo profundo de mi corazón. Ni siquiera el momento más feliz de mi niñez podía compararse con este momento; estaba tan emocionado que sentía que podía volar. Desde ese momento, no tenía dudas de que nuestra Madre celestial existía y que era Ella quien tocaba mi corazón. Al aprender más de su infinito amor, y comprender el enorme sacrificio que Ella ha hecho por nosotros, me emocioné tanto que comencé a llorar.
Millones de cristianos han deseado, imaginándolo, haber podido caminar con Cristo cuando vino a esta tierra hace dos mil años. Al enterarme de que la Madre Jerusalén, Dios todopoderoso, está en la tierra junto con nosotros, quedé atónito y asombrado. Para mi alegría, seis meses después estaba en Corea, encontrándome con la Madre celestial, la imagen femenina de Dios que vino a esta tierra en la carne. Un año después, hasta ahora, sé que no comprendo ni entiendo completamente qué increíble es caminar junto con Dios Madre y recibir sus abundantes bendiciones.” August Kruesi, desde Washington D.C., EE. UU.
“Después de estudiar profundamente las palabras de la Biblia, comprendí que Cristo ha venido nuevamente. Quedé asombrada al comprender que Cristo ha venido por segunda vez y ha revelado que tenemos Padres celestiales.
Estaba muy feliz de aprender sobre la Madre. Pensé: ‘¡Es algo sensacional!’ No tenemos tan solo Dios Padre, sino también tenemos Dios Madre. Está más allá de lo increíble. El más grande de los misterios de la Biblia ha sido revelado.
‘Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente.’ (Ap. 22:17)
¡El Espíritu es Dios Padre y la Esposa es Dios Madre! ¡Es increíblemente fantás-tico! La Madre celestial es el único camino para ir al cielo. El amor de una madre está más allá de las palabras y el entendimiento. Yo amo a mis dos hijos y haría cualquier cosa por ellos. Haría mis mayores esfuerzos, arriesgando mi propia vida, para asegurar su bienestar y seguridad. Así de grande es el amor que tengo en mi corazón por mis hijos; entonces, ¿cuánto más amor tendrá nuestra Madre celestial por nosotros? El amor que Ella tiene por sus hijos es inmensurable.” Karen Ann Gubbins, desde Meriden, CT, EE. UU.
“Primero aprendí sobre la segunda venida del Padre. A través de las enseñanzas del Padre, la Biblia cobró vida para mí. Lo que antes parecía no tener importancia, sino poca relevancia, cobró vida.
Entonces cuando aprendí sobre la Madre celestial, mi entendimiento de la Biblia parecía dar un salto. Tantos aspectos de las enseñanzas bíblicas que antes no comprendía, se volvieron claros y vívidos. Toda la verdad de la Madre parecía ser, en retrospectiva, muy obvia al mirar a nuestro alrededor en el mundo que Dios ha creado para nosotros”. Michael King, desde Manchester, Reino Unido
“Me sentí muy feliz de escuchar sobre Dios Madre que ha venido a esta tierra para salvarme y a mis hermanos y hermanas perdidos. Al visitar Corea por primera vez, pude sentir el gran amor de la Madre celestial que no tiene límites. Antes de que la Madre rescatara mi alma, era difícil de creer que un lugar tan maravilloso como el cielo existía. Pero estando en Corea para encontrarme por segunda vez con la Madre, puedo decir que he experimentado el cielo dos veces. Sé que Ella es Dios porque cuando estoy con Ella solo hay alegría y amor. La Madre borró todas mis imperfecciones y refinó mi personalidad. Le ha dado sentido a mi vida. Sin el gran amor de la Madre, yo aún estaría desperdiciando mi vida y sin conocer el verdadero amor.” Aileen Donnelly, desde Toronto, Canadá
“Yo no entendía el amor. Pasé toda mi vida buscando el amor, pero no lo encontraba porque el amor en esta tierra tiene un límite. Pero después de conocer a la Madre, comprendí que lo que realmente había deseado era el amor infinito y verdadero de Dios Madre.
A quien había estado buscando era a la Madre celestial, porque Dios Madre es amor. Aunque ni siquiera merecemos mirarla a los pies, Ella ha venido a esta tierra con su infinito amor para encontrarnos, y Ella misma se sacrifica y abraza nuestros corazones de piedra para llenarlos de amor. Aunque no puedo verlo, puedo sentirlo. Puedo sentir el amor que había buscado durante tanto tiempo. El amor de la Madre siempre está conmigo, toma mi mano y pacientemente me guía todos los días.” Alma Islas Motolinia, desde Atlixco, México
“He vivido en el campo de los medios de comunicación durante 10 años, y he realizado varias series de televisión, documentales, películas, etc. Pero cuando conocí a Dios Madre, quedé impactada. Me sentí muy emocionada de saber más de Ella a través de la Biblia. Llegué a conocer que las palabras de la Biblia son más importantes que cualquier guión de película. La Madre celestial tiene un trabajo más grande que cualquiera de las películas que hemos producido en esta tierra. Estaba perdida y vagando en esta tierra que no tiene verdad. Estaba llorando por mi dolor durante toda mi vida. Sin embargo, la Madre Jerusalén me dio la vida eterna cuando estaba vagando sin rumbo, gimiendo en el mundo. Ella es mi vida.” Selvamary M. Krishna Muthy, desde Kuala Lumpur, Malaysia
Volviendo sobre los pasos del evangelio de la Madre celestial en la tierra santa, estos peregrinos se han sumergido en su abundante amor y gozo espiritual que no pueden encontrar en ninguna parte del mundo. Los peregrinos seguirán viniendo hasta que todos los hijos de Dios, dispersados en todo el mundo, sean consolados y reciban la salvación de sus almas.
- Referencia
- “Jerusalén: La Biografía”, Simon Sebag Montefiore