En la actualidad escuchamos casi a diario noticias sobre crímenes violentos y crueles, como asesinar a otros sin dudar debido a un malentendido y discutir sobre cosas triviales.
La Biblia nos enseña que nos apartemos del mal y hagamos el bien. Si tenemos incluso un hilo de maldad en nuestro subconsciente, necesitamos deshacernos de todo esto y prestar más atención a las enseñanzas de Dios como los hijos del cielo en nuestra vida cotidiana. Quitemos de nuestro corazón toda la ira, los celos y el odio, y tengamos el corazón de Dios lleno de amor. Ahora, tomémonos un tiempo para pensar cuál es la voluntad de Dios para nosotros, sus hijos que vivimos en esta época.
Ahora oímos muchas noticias sobre accidentes e incidentes; algunas personas se enfurecen tanto con los conductores inexpertos, que deliberadamente bloquean su camino mientras conducen como represalia, y a veces esto ocasiona accidentes graves que incluso pueden terminar en la muerte; algunos guardan rencores sobre cosas triviales y cruelmente hieren o matan a la gente que los rodea. Estas terribles noticias que antes ni siquiera podíamos imaginar, ahora se reportan casi todos los días.
Por eso en estos días, se dice con frecuencia que los seres humanos son las criaturas más aterradoras. No solo los jóvenes sino hasta las personas mayores, que antes eran consideradas símbolos de la bondad y la amabilidad, suelen involucrarse en incidentes y algunos casos se emitieron a través de los medios de comunicación. Algunos dicen que tienen miedo incluso de pedir un vaso de agua en el campo. El muro del miedo y la desconfianza entre la gente se hace cada vez más grueso y alto en su corazón. Esta es la realidad de nuestra sociedad moderna.
“También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, placables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita.” 2 Ti. 3:1-5
La Biblia previó y profetizó que habría tiempos terribles a causa de estas cosas en los últimos días. Como está profetizado en la Biblia, hoy en día hay muchos hombres amadores de sí mismos, que aman el dinero, cometen el acto inmoral de desobedecer a sus padres y persiguen sus propios placeres.
Todos los incidentes violentos que están sucediendo ahora, surgen de los malentendidos, la desconfianza, el odio, los celos y todos los demás sentimientos malos. Un complejo equivocado de superioridad o inferioridad y un sentimiento de privación relativa que hace que la gente se sienta rezagada o insuficiente en comparación con los demás; estos sentimientos les provocan celos e ira, y acumulan odio hacia las personas de su entorno aun después de una pequeña discusión; ya que tienen tales sentimientos negativos, explotan por cosas triviales e incluso hacen cosas malignas a sus vecinos sin vacilar. Esta es una faceta de esta generación.
El fin de los malvados es la destrucción. Sus malas acciones arruinan su propio futuro y también el futuro de los demás. Además, hacen que muchos, incluyendo a su propia familia y a las familias de los demás, sean miserables e infelices.
Aunque los hombres del mundo se aman solo a sí mismos, siendo presumidos y arrogantes, como amadores de los deleites más que de Dios, no debemos conformarnos a este siglo, sino permanecer en las enseñanzas de Dios (Ro. 12:2). Dios siempre nos enseña y nos guía en la verdad y la justicia, y nos hace comprender que debemos hacer su voluntad buena, agradable y perfecta.
“Confía en Jehová, y haz el bien; y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad. Deléitate asimismo en Jehová, y él te concederá las peticiones de tu corazón. Encomienda a Jehová tu camino, y confía en él; y él hará. Exhibirá tu justicia como la luz, y tu derecho como el mediodía. Guarda silencio ante Jehová, y espera en él. No te alteres con motivo del que prospera en su camino, por el hombre que hace maldades. Deja la ira, y desecha el enojo; no te excites en manera alguna a hacer lo malo. Porque los malignos serán destruidos, pero los que esperan en Jehová, ellos heredarán la tierra. Pues de aquí a poco no existirá el malo; observarás su lugar, y no estará allí. Pero los mansos heredarán la tierra, y se recrearán con abundancia de paz. Maquina el impío contra el justo, y cruje contra él sus dientes; el Señor se reirá de él; porque ve que viene su día. […] Apártate del mal, y haz el bien, y vivirás para siempre. […] Espera en Jehová, y guarda su camino, […]” Sal. 37:3-34
“Apártate del mal, y haz el bien; busca la paz, y síguela. Los ojos de Jehová están sobre los justos, y atentos sus oídos al clamor de ellos. La ira de Jehová contra los que hacen mal, para cortar de la tierra la memoria de ellos. Claman los justos, y Jehová oye, y los libra de todas sus angustias. […] Muchas son las aflicciones del justo, pero de todas ellas le librará Jehová. El guarda todos sus huesos; ni uno de ellos será quebrantado. Matará al malo la maldad, y los que aborrecen al justo serán condenados. […]” Sal. 34:14-22
Así como los padres no quieren que sus hijos caigan en malos caminos, Dios desea que nos apartemos del mal y hagamos el bien. Por eso, Dios nos enseña la sabiduría para evitar lo malo y aferrarnos a lo bueno, a través de la Biblia escrita por los profetas bajo la inspiración del Espíritu Santo: “Confía en Dios y haz el bien todo el tiempo”, “Deja la ira, y desecha el enojo”, “No murmures”, “Busca la paz, y síguela”, y mucho más.
No solo debemos estudiar las enseñanzas de Dios en la Biblia, sino también debemos grabarlas indeleblemente en nuestro corazón y ponerlas en práctica. El pueblo de Dios son los que glorifican a Dios a través de sus buenas obras, además de guardar los mandamientos de Dios y la fe de Jesús (Ap. 14:12).
“Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma, manteniendo buena vuestra manera de vivir entre los gentiles; para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación, al considerar vuestras buenas obras.” 1 P. 2:11-12
Los malvados que obstaculizan la verdad, están tratando de encontrar defectos en el pueblo de Dios para calumniarlos, aunque sean muy pequeños. Es por eso que la Biblia dice: “Manteniendo buena vuestra manera de vivir entre los gentiles; para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación, al considerar vuestras buenas obras”. Nosotros, la familia de Sion, debemos recordar estas palabras y hacer buenas obras todo el tiempo según la voluntad de Dios, dondequiera que estemos: en casa, en el vecindario o en Sion, la ciudad de la verdad.
“Porque: El que quiere amar la vida y ver días buenos, refrene su lengua de mal, y sus labios no hablen engaño; apártese del mal, y haga el bien; busque la paz, y sígala. Porque los ojos del Señor están sobre los justos, y sus oídos atentos a sus oraciones; pero el rostro del Señor está contra aquellos que hacen el mal. ¿Y quién es aquel que os podrá hacer daño, si vosotros seguís el bien? Mas también si alguna cosa padecéis por causa de la justicia, bienaventurados sois. Por tanto, no os amedrentéis por temor de ellos, ni os conturbéis, sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, […] teniendo buena conciencia, para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, sean avergonzados los que calumnian vuestra buena conducta en Cristo. Porque mejor es que padezcáis haciendo el bien, si la voluntad de Dios así lo quiere, que haciendo el mal.” 1 P. 3:10-17
Aquí, la Biblia también dice que debemos apartarnos del mal y hacer el bien. Además, nos dice que refrenemos nuestra lengua de mal, y nuestros labios no hablen engaño —que hablemos buenas cosas—, y también que hagamos el bien con una buena conciencia.
Si vemos favorablemente a los demás, todos se verán buenos. Sin embargo, si tenemos una mirada distorsionada de los demás, esto causará malentendidos y terminará arruinando su futuro así como nuestro propio futuro. Mucha gente pierde los estribos fácilmente, y sus celos y odio acumulados causan malentendidos. En esta época de violencia, debemos guiar el mundo con un buen corazón y con buenas obras como hijos de Dios.
Todo lo que nos sucede está de acuerdo con voluntad de Dios. Sin importar en qué situación estemos, siempre debemos estar gozosos y dar gracias en todo, sin olvidar que Dios nos bendecirá al final.
Cuando se encuentren en situaciones no deseadas, oren a Dios en lugar de hacer lo que les plazca. Cada vez que enfrentamos un problema o una dificultad, necesitamos pedir a Dios sabiduría a través de la oración para que podamos resolverlo adecuadamente.
“Mirad que ninguno pague a otro mal por mal; antes seguid siempre lo bueno unos para con otros, y para con todos. Estad siempre gozosos. Orad sin cesar. Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.” 1 Ts. 5:15-18
Dios nos dice que no paguemos a otro mal por mal, sino que sigamos siempre lo bueno unos para con otros, y nos enseña las maneras prácticas de hacerlo, como sigue: “Estad siempre gozosos. Orad sin cesar. Dad gracias en todo”.
Dios también nos dice que nos abstengamos de toda especie de mal (1 Ts. 5:22). No debemos acumular odio, ni debemos ser vanidosos o celosos unos con otros, ya sea que lo hagamos mejor o peor que los demás. ¿Qué sucederá si toleramos todo tipo de mal y lo acumulamos, en vez de evitarlo? Aunque la semilla del mal sea pequeña al principio, crecerá cada vez más grande y nos llevará a la autodestrucción.
Los que acaban de entrar en Sion, la ciudad de la verdad, con muchas impurezas mundanas, deben cambiarse a sí mismos eliminando su tosquedad y sus malos hábitos, y los que han entrado primero en Sion necesitan ayudarlos a corregirse dándoles buenos ejemplos. Dios nos ha dicho repetidamente que llevemos una buena vida y busquemos la paz. Todas estas enseñanzas contienen la voluntad de Dios para que renazcamos como sus hijos santos y piadosos que lo glorifiquen.
“Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado. Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos.” Ap. 19:7-8
Dios ha permitido que nuestras acciones justas sean los adornos del lino fino de la Esposa. ¿Qué sucedería si la Esposa se vistiera de nuestras conductas equivocadas? Su lino fino no estaría limpio sino sucio.
Como vivimos en este mundo pecador, enfrentamos muchas dificultades, y a menudo nos sentimos estresados y preocupados mucho al interactuar con los demás para ser refinados. Si acumulamos incluso un poco de maldad durante este proceso, producirá disputas entre nosotros; las disputas traerán odio, y el odio despertará quejas. Estas cosas sin gracia ocurrirán sucesivamente. A través de las palabras de Dios, debemos evitar todo tipo de mal y hacer el bien, de modo que cada uno de nosotros pueda llegar a ser una hebra del lino fino de nuestra Madre Jerusalén celestial, que es la Esposa.
Dios nos llama la sal y la luz del mundo (Mt. 5:13-16). Como hijos de Dios llenos de fe, debemos ser la sal y la luz del mundo mediante nuestras buenas obras.
“Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.” He. 10:24-25
La Biblia nos dice que nos consideremos unos a otros. Esto implica que debemos cuidar bien del rebaño de Dios. Como vemos que el glorioso día de Dios se acerca, estimulémonos más a amarnos unos a otros y a hacer buenas obras, cuidándonos aún más mutuamente. Si tenemos cosas malas acumuladas en nuestro corazón —malos sentimientos y pensamientos, conflictos, odio, celos, ira y espíritu egoísta por cualquier motivo—, debemos deshacernos de tales cosas. Recordando una vez más que todas las palabras de Dios nos guían por el camino que debemos recorrer, no seamos vencidos de lo malo, sino venzamos con el bien el mal (Ro. 12:21).
A fin de hacerlo, debemos estar siempre gozosos, orar sin cesar y dar gracias en todo. Estar descontentos y desagradecidos ocasiona quejas, disputas y malentendidos entre nosotros, y los malentendidos dan lugar al odio, y el odio desencadena los celos, y los celos provocan la ira. El estallido de ira puede crear incluso una situación incontrolable.
Ya que la Biblia nos dice que no nos conformemos a este siglo, no debemos aprender del mundo. Aunque el mundo es violento y malvado, Sion debe ser un nido cálido y seguro donde siempre actuemos piadosamente y hagamos lo bueno ante los ojos de Dios, considerándonos unos a otros. Dios nos enseña que nos apartemos del mal y hagamos el bien todo el tiempo. Grabando esta enseñanza de Dios en lo profundo de nuestro corazón, siempre considerémonos unos a otros y estimulémonos al amor y a las buenas obras, como la sal y la luz del mundo.