![](/wp-content/uploads/2019/06/boat_waiting.jpg)
El rey del acero, Andrew Carnegie, guardaba una pintura antigua en su oficina. Aquel cuadro que atesoraba no fue pintado por un artista famoso, ni era una antigüedad digna de poseer. Era solo una humilde pintura de un barco en una playa de arena. Cuando él había empezado su oficio de vendedor, encontró esta pintura en la casa de una persona mayor y le pidió cortésmente el cuadro. En la parte inferior de este, estaba escrita la frase:
“La marea alta vendrá”.
La embarcación que parecía estar abandonada esperaba la marea alta. Así como el barco que va a salir a la mar cuando llega la marea alta, Carnegie tenía la firme convicción de que él también iría hacia el vasto mar cuando la marea alta llegara a su vida. Y mientras trabajaba duro y se preparaba para ese día, pudo tener mucho éxito.