Siempre hágame tener esperanza en Dios

Inmediatamente después de graduarme de la universidad, trabajé como asistente administrativa. Al principio, estaba agradecida con Dios por permitirme cumplir la Misión en el Trabajo en la universidad donde me había dedicado a la Misión en el Campus hasta el momento. Con el tiempo, sin embargo, olvidé poco a poco mi decisión en la obra del evangelio.

Cuando comenzó un nuevo semestre, las cosas empeoraron. No estaba familiarizada con el trabajo administrativo. Además, al atender a los universitarios de primer año que venían al mismo tiempo y al seguir las instrucciones de los profesores, perdí la noción del tiempo. Pensé: “¿Tengo que trabajar tan duro?”.

Deseando ser consolada por alguien, tomé mi teléfono móvil y la aplicación de nuestra iglesia llamó mi atención.

“Bueno. ¿Por qué no obtengo alivio con la palabra de Dios, en vez de la de una persona?”

En la sección Audio del Sermón, hice clic en el título Siempre hágame tener esperanza en Dios.

“Porque tú, oh Señor Jehová, eres mi esperanza, seguridad mía desde mi juventud. […] Sea llena mi boca de tu alabanza, de tu gloria todo el día.” Sal 71:5-8

En los poemas de David escritos en el libro de Salmos, se encuentra únicamente esperanza en Dios. Él miraba solo a Dios incluso en las dificultades y sufrimientos y no perdía la esperanza, por lo cual Dios llamó a David “varón conforme a mi corazón” (Hch 13:22).

Parecía que Dios me había hecho oír el sermón para poder mirarlo solo a Él y tener esperanza en el cielo en cualquier circunstancia, como David.

A través de la palabra de Dios, recibí suficiente consuelo e hice una nueva resolución: naceré de nuevo con una fe firme y miraré solo a Dios hasta cuando esté afligida o cansada, a fin de completar tanto la Misión en el Campus como la Misión en el Trabajo.